Bienestar, Salud Mental

Los beneficios del aprendizaje musical

Aprendizaje musical partitura

Estudiar música, canto, composición y/o aprender a tocar un instrumento es un proceso de aprendizaje, práctica y perfeccionamiento que tiene multitud de beneficios en el desarrollo motriz, intelectual y emocional: favorece la memoria y la creatividad, incrementa la coordinación y ayuda a desarrollar habilidades sociales desde edades muy tempranas.

En una interpretación musical se llevan a cabo una gran cantidad de acciones: lectura de la partitura, traducción e interpretación del código musical, traslación a movimientos motores, planificación de la ejecución futura, etc., además de requerir grandes dosis de concentración, atención y emoción. Todo esto nos muestra que el aprendizaje musical es un potente entrenamiento que requiere multitud de recursos cognitivos, por lo que el cerebro de los músicos es un gran ejemplo de plasticidad

Estudiar música es un placer. Además, la música nos influye en el aspecto físico (pulso, respiración), emocional, cognitivo, y en otros aspectos esenciales para el ser humano, como el social. Aunque sus beneficios son visibles a cualquier edad, son especialmente relevantes cuando el contacto con la música se inicia a edades tempranas

Aprendizaje musical guitarra

Mejora las capacidades cognitivas y motoras

La práctica musical habitual estimula el cerebro y hace que se creen nuevas conexiones neuronales entre los dos hemisferios cerebrales, por lo que se mejoran las habilidades lingüísticas, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial (la capacidad para percibir el mundo de forma detallada y formar imágenes mentales de los objetos), que es fundamental en la vida cotidiana, ya sea para solucionar problemas matemáticos complejos o hasta para envolver un regalo. Y las características del estudio de un instrumento, en las que se ponen en práctica rutinas y ejercicios, ayudan a interiorizar y desarrollar una capacidad de coordinación que es difícil conseguir con otro tipo de actividad.

Incrementa la memoria

El estudio de la música y/o de un instrumento musical requiere adquirir una serie de conocimientos sobre el instrumento, las piezas que se interpretan y otros aspectos más teóricos. Se trabajan fundamentalmente tres aspectos: la memoria visual, la memoria muscular o gestual y la memoria auditiva, que interactúan en un complejo proceso intelectual. Este tipo de entrenamiento favorece la memoria, tanto en el estudio musical como en cualquier otra área de la vida. 

Aprendizaje musical piano

Estimula la creatividad y la imaginación

Desarrollar una disciplina artística como la música potencia la creatividad y la agilidad mental. El reconocimiento de patrones rítmicos en una melodía actúa sobre la región creativa y la motivadora del cerebro, lo que hace que desarrollemos nuestro mundo interior, estimula nuestra imaginación y facilita la solución de problemas de forma creativa.

Refuerza la atención y la concentración y favorece la disciplina

Estudiar música y/o tocar un instrumento requiere ser capaz de leer una partitura y estar atento a la propia interpretación y a la de los demás. Esto hace que las personas con formación musical desarrollen una mayor capacidad de concentración y atención a los detalles, conozcan el valor de la paciencia y tengan más voluntad para seguir disciplinas y ser constantes en el día a día. 

Aprendizaje musical batería

Mejora las habilidades sociales y la autoestima

Interpretar una pieza musical en grupo enseña a apreciar la importancia de la coordinación y el trabajo en equipo a la hora de lograr un objetivo común, lo que mejora notablemente las habilidades sociales. Por otro lado, nuestra capacidad constante de aprendizaje, el hecho de ser conscientes de nuestros progresos y conseguir la atención y el disfrute de los demás a través de nuestras ejecuciones musicales aumenta la confianza en nosotros mismos y contribuye a aumentar nuestra autoestima.

Favorece el desarrollo emocional

Estudiar e interpretar música requiere que conectemos con nuestras emociones, indaguemos en nuestro interior todo lo que nos hace sentir y seamos capaces de  proyectarlo al exterior. Así, las personas que estudian, componen e interpretan música, tienen más desarrollado el sentido estético y cuentan con una mayor inteligencia emocional.

Cantando

Protege contra las enfermedades neurodegenerativas

Algunas publicaciones de los últimos años han relacionado el aprendizaje y la práctica musical profesional (con un mínimo de 10 años) con una protección frente a las enfermedades neurodegenerativas en edades avanzadas. Es decir, estudiar música aumenta el volumen o grosor de la materia cerebral blanca y gris, lo que puede ayudar a prevenir estas enfermedades.

Además del estudio musical, escuchar música tiene también muchos beneficios saludables: genera endorfinas que mejoran nuestro estado de ánimo; reduce el estrés y la ansiedad, cosa que fortalece el sistema inmunológico; es beneficioso para el corazón; mejora la calidad del sueño; ayuda a reducir el dolor; nos motiva en la realización de otras actividades, como el trabajo o el deporte, y, en general, mejora nuestra calidad de vida.  Todo son ventajas, así que…¡que comience la música!