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La enfermedad pies – manos – boca

La enfermedad pies – manos – boca es una infección viral de corta duración que habitualmente afecta a niños menores de seis años. Se caracteriza por la aparición de ampollas o llagas en la boca y erupciones en manos y pies. La enfermedad no tiene consecuencias a largo plazo, pero es altamente contagiosa y provoca un malestar general en el niño, de poca duración.

Qué es la enfermedad pies – manos – boca

Es una infección producida por un grupo de virus conocido como enterovirus. El causante más habitual es el llamado Coxsackie A 16 (CVA16) pero también pueden producirla otros, como el enterovirus 71 (a veces asociado a graves infecciones del sistema nervioso), echovirus y otras muchas cepas diferentes del Coxsackie. La infección es relativamente común y normalmente de corta duración.

Normalmente se presenta en niños de menos de diez años de edad, pero la inmensa mayoría se encuentra en niños de 6 años o menores. Los niños mayores y los adultos pueden verse igualmente infectados, pero es raro. Si se da, suele ser en embarazadas, ancianos y personas inmunodeprimidas por cualquier causa.

A menudo existen epidemias al final del verano o en otoño, en el colegio.

Algunos médicos llaman a la enfermedad pies – manos – boca “estomatitis enteroviral vesicular”, pero no debe en ningún caso confundirse con la enfermedad del mismo nombre que afecta a los animales.

Síntomas de la enfermedad pies – manos – boca

Como sucede con muchas infecciones simples víricas, con la enfermedad pies – manos – boca se presenta un día o dos de malestar general; el periodo de incubación es de tres a seis días. Los síntomas habituales son:

  • Fiebre
  • Malestar general
  • Pérdida de apetito
  • Dolor de garganta
  • Manchas en la boca
  • Pequeñas úlceras en la boca.

Tras los síntomas iniciales, las manchas también pueden aparecer alrededor de los labios, y suelen ser dolorosas. El niño puede mostrarse pues muy molesto y negarse a comer o beber.

En muchos casos, las manchas empiezan a aparecer en la piel un día o dos tras la aparición de las úlceras en la boca. Se presentan en las manos y los pies (de ahí el nombre de la enfermedad), pero también pueden aparecer en las nalgas, el área genital y las piernas. Su aspecto es como el de los granos de la varicela, aunque más pequeños y sin causar picazón.

En su curso normal, la fiebre y las manchas empiezan a desaparecer en pocos días, mientras que las úlceras en la boca son las últimas en hacerlo.

El diagnóstico se lleva a cabo basándose en los hallazgos clínicos. Es raro que diagnosticar requiera test o pruebas específicos.

Transmisión de la enfermedad

La mayoría de los contagios se producen por las gotitas del estornudo y de la tos, o sea persona a persona por la saliva, las secreciones nasales y las gotitas de la respiración. El contagio es habitualmente entre niños pequeños que aún usan pañales, y que se llevan con frecuencia las manos a la boca.

Habitualmente, la enfermedad es contagiosa hasta que todas las manchas desaparecen, pero los niños pueden transmitirla durante varias semanas tras desaparecer los síntomas, de manera que es conveniente tomar ciertas precauciones para evitar el contagio.

Cómo evitar que la enfermedad se propague

La enfermedad pies – manos – boca es altamente contagiosa. Para evitar de se propague puedes intentar lo que sigue:

  • Asegúrate de que los niños se laven bien las manos después de ir al cuarto de baño
  • Los adultos deberán igualmente lavárselas después de cambiar un pañal y antes de preparar la comida
  • Lava las toallas, la ropa de cama y la de los niños en un ciclo de agua caliente en la lavadora
  • Desinfecta con regularidad las áreas comunes (cocina, zonas de estar) y las cosas que compartan los niños, como juguetes
  • Advierte a tus hijos que no se metan los dedos en la boca, si ello es posible
  • No revientes, ni aprietes, ni pinches las posibles ampollas, pues el fluido que contienen es muy infeccioso y puede contribuir a diseminar la infección.

Tratamiento de la enfermedad pies – manos – boca

Habitualmente no se necesita tratar la enfermedad. Además, al tratarse de un virus no existe un tratamiento específico, y tampoco se ha desarrollado una vacuna. Lo habitual es paliar los síntomas hasta que la enfermedad remita por sí sola, con los siguientes tratamientos:

  • Mantén la temperatura del niño

Si tiene fiebre, suminístrale paracetamol o ibuprofeno en las dosis adecuadas a su edad. Mantén su cuarto más fresco que caliente (utiliza un ventilador cuando sea apropiado) y vístele con ropa ligera.

Se solía recomendar usar una esponja fría para bajar la fiebre, pero ha caído en desuso porque para el niño es muy desagradable y, en realidad, puede empeorar la cosa.

  • Mantenle hidratado

Que beba suficiente líquido. El dolor de garganta puede producirle dificultad para tragar, de manera que antes de hacerle beber, dale un analgésico para disminuir el dolor. Si estás aún amamantando al niño, continúa haciéndolo, pues la leche materna constituye un excelente manera de tenerlo hidratado.

  • Trata el dolor de garganta

El dolor de garganta puede ser el peor síntoma para los niños. Puedes intentar paliarlo como sigue:

  • Dale comidas suaves, como helados, gelatinas, sopas y purés
  • Usa un gel anestésico (habla con tu farmacéutico)
  • Dale regularmente paracetamol o ibuprofeno
  • Utiliza un espray con bencidamina para suavizar la garganta. Se puede usar en niños a partir de los 5 años. También hay un colutorio que pueden usar a partir de los 12 años. Habla en ambos casos con tu farmacéutico
  • Son recomendables los enjuagues de agua templada con sal, pero asegúrate de que el niño no se la trague.

¿Debo dejarle en casa o puede ir al colegio?

Hasta hace poco se ha pensado que lo mejor era dejarlo en casa, pero no es el caso, actualmente. Los niños con la infección no necesitan quedarse en casa si se encuentran suficientemente bien como para asistir. Pero desde luego hay que informar al colegio de la situación. Si su estado es dudoso, déjalo en casa hasta que se recupere.

Cuándo se debe acudir al médico

La enfermedad pies – manos – boca es relativamente leve y normalmente no requiere la intervención del médico. Pero si se da el caso de que no puede tragar por el dolor de garganta, o si al cabo de pocos días no mejora, es llegado el momento de comentarlo con un médico.

Enfermedad pies – manos – boca y embarazo

Normalmente no existe ningún riesgo para el normal embarazo, incluyendo al bebé, pero mejor es evitar el contacto con alguien infectado.

Si estás embarazada y te infectas con la enfermedad pies – manos – boca un mes (o menos tiempo) antes del parto, díselo al médico, pues puedes pasársela al bebé. La comadrona debería también estar advertida.