Salud y medicina

Tengo alergia

La alergia al polen afecta cada año al 20% de la población española, y las cifras se han duplicado estos últimos años. El Dr. Ricard Bargués, especialista en otorrinolaringología del Centro Médico MGC, nos habla sobre la alergia y nos explica algunas recomendaciones para reducir las molestias de esta enfermedad estacional.

¿Qué es una alergia y, en concreto, la alergia al polen?

Cualquier alergia es una respuesta exagerada del sistema inmunológico, que considera dañino un elemento externo al que está expuesto el organismo o que entra dentro del organismo, pero que en realidad no lo es. La alergia al polen se produce cuando las semillas de las plantas (el polen), que están en suspensión en el aire por la polinización, provocan una reacción del sistema inmunológico. Si el polen entra en contacto con el aparato respiratorio, los ojos o la piel, el organismo se defiende liberando al torrente sanguíneo sustancias químicas como la histamina, que es la responsable de los síntomas comunes de la alergia. Cuando afectan principalmente a la nariz, en otorrinolaringología hablamos de rinitis alérgica, también denominada fiebre del heno o alergia estacional.

¿Qué determina la intensidad de las alergias cada año?

La intensidad de la alergia depende de la sensibilidad de cada individuo, de su sistema inmunológico y de la concentración de polen en el ambiente. El polen se libera en épocas específicas del año, sobre todo en primavera, pero también hay alergias que pueden producirse todo el año, según las especies. Las plantas que más alergia al polen producen en Europa son las gramíneas, aunque también destacan el plátano de sombra, el olivo, el abedul, la parietaria y la palmera.

La cantidad de polen en la atmósfera durante el periodo de polinización aumenta en los días secos y soleados y disminuye en los días húmedos y más fríos, ya que el polen absorbe la humedad y, al pesar más, es más difícil que sea transportado por el aire. Los días calurosos y ventosos son los peores para las alergias.

¿Qué síntomas produce?

El síntoma principal es la congestión y el goteo nasal. También se puede producir picor en la nariz, estornudos frecuentes, irritación, picor y lagrimeo ocular, asma, dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad… Estos síntomas pueden complicarse con otros derivados de otras patologías.

¿Cómo la diferenciamos de un resfriado?

Aunque los síntomas son muy similares porque ambos afectan principalmente a la nariz, un resfriado común puede aparecer en cualquier época del año y habitualmente dura una semana o diez días. La alergia estacional suele aparecer cada año en la misma época y es un proceso que puede alargarse semanas o meses.

¿Cómo se diagnostica?

La historia clínica, es decir, los síntomas, es lo primero que se evalúa y suele ser suficiente para el diagnóstico de la alergia al polen.Si se quiere conocer exactamente a qué tipo de planta se es alérgico o qué elemento es el que desencadena esta reacción, el alergólogo realiza una prueba cutánea denominada prick test, que consiste en inocular en la piel los alérgenos sospechosos con un pequeño pinchazo y observar si se produce la reacción inflamatoria característica de la alergia.

También se puede realizar un análisis de sangre para determinar la presencia de anticuerpos específicos frente al alérgeno. Y a partir de estos resultados se debe establecer un tratamiento.

¿Cuál es el tratamiento para la alergia?

El tratamiento habitual para el proceso agudo inmediato, que es muy estacional y suele durar poco tiempo, es con antihistamínicos, que bloquean la reacción alérgica y controlan buena parte de los síntomas. Si son procesos más largos o alergias a otras sustancias presentes de forma habitual en el entorno, como los ácaros, se pueden utilizar corticoides inhalados en forma de spray para bloquear las respuestas del sistema inmune.

¿Qué medidas debemos tomar para reducir los síntomas?

El tratamiento preventivo es evitar en lo posible la exposición al polen, sobre todo los días en los que la concentración es elevada. Algunas recomendaciones son: evitar las salidas al aire libre y a la naturaleza (y si se hace, ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa), utilizar gafas de sol y, si es necesario, una mascarilla para salir, mantener las ventanas de casa cerradas durante el día, un ambiente húmedo y utilizar purificadores de aire, aspirar el polvo o limpiarlo con una bayeta húmeda, subir las ventanillas del coche mientras viajamos, refrescar manos y cara de forma frecuente, no salir a hacer ejercicio a la calle, evitar tender la ropa fuera…

Y siempre, se debe consultar con un médico cuando aparecen síntomas de alergia, para que se haga una evaluación y se establezca un tratamiento cuando sea necesario.