Bienestar, Salud y medicina

Sueño y mujer

El sueño saludable de la mujer está estrictamente relacionado con los distintos cambios hormonales por los que pasa el organismo femenino a lo largo de la vida (menstruación, embarazo y menopausia). La producción de hormonas es dinámica y cambia a lo largo de la vida de una mujer y periódicamente durante el ciclo menstrual mensual.

¿Cómo puede verse afectado el sueño de la mujer?

En términos generales, el ciclo de sueño-vigilia está fundamentalmente regido por las hormonas, por lo que cambios permanentes (la menopausia) o periódicos (la menstruación) en el organismo pueden desincronizar o generar un sueño de peor calidad. Puesto que las mujeres pueden experimentar cambios hormonales cada mes y a lo largo de sus vidas, el ciclo de sueño-vigilia se ve condicionado por estos cambios:

  • Menstruación: tanto el síndrome premenstrual como los calambres, dolores de cabeza y la hinchazón pueden ser causa de un sueño insuficiente o de insomnio en la mujer. Además, diversos estudios informan de niveles más altos de somnolencia diurna, cansancio y fatiga durante la menstruación.
  • Embarazo: las mujeres embarazadas pueden desarrollar el síndrome de piernas inquietas (SPI), una condición que dificulta conciliar el sueño y que también se ve condicionada por el déficit de hierro. Adicionalmente, tienen más probabilidades de experimentar depresión, apnea obstructiva del sueño (AOS), dolor e incontinencia, lo que interrumpe su sueño. Estos problemas de sueño pueden persistir en el período posparto, cuando sus niveles hormonales caen al mismo tiempo que comienzan a cuidar a un recién nacido con un ciclo de sueño irregular, lo que a menudo resulta en más somnolencia durante el día.
  • Menopausia: durante la menopausia, hasta el 85% de las mujeres experimentan sofocos. Cuando esto ocurre por la noche, se pueden producir despertares con sudoración, lo que interrumpe el descanso. Además, el riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño (AOS) también aumenta durante la menopausia. Este trastorno del sueño provoca pausas en la respiración que pueden interferir con la calidad del sueño.

¿Cómo podemos mejorar nuestro sueño?

Podemos encontrar formas de mejorar nuestra higiene del sueño, ligadas al entorno y los hábitos de una persona. Hoy te traemos 5 medidas esenciales que seguro te ayudarán a obtener un sueño más reparador.

  • Evita las siestas durante el día y limita el consumo de cafeína, alcohol y nicotina.
  • Hacer ejercicio regular aumentará tu sueño lento y profundo (NREM).
  • Reserva tiempo para relajarte antes de acostarte (lectura, meditación, yoga).
  • Acomoda tu dormitorio para que sea lo más fresco, oscuro y silencioso posible.
  • Evita el uso de teléfonos inteligentes, tabletas u otros dispositivos electrónicos con pantalla durante una hora o más antes de acostarte.

En cualquier caso, si tu sueño se interrumpe con frecuencia, te levantas cansado o experimentas una somnolencia diurna notable, es importante que contactes con un especialista en Medicina del Sueño.

Artículo elaborado por Ad Salutem, Instituto del Sueño