Salud y medicina
Quemagrasas: ¿cuáles son efectivos y qué debo saber?
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Una advertencia previa
Antes de entrar en materia, conviene advertir a los potenciales usuarios de que los quemagrasas no son medicamentos. Por tanto, no están sometidos a los estrictos protocolos de seguridad que avalan a todos los fármacos. No hay una base científica, ni hay un control real. Han sido creados por la industria especializada en adelgazamiento y se venden sin receta en herbolarios, tiendas de parafarmacia y hasta en grandes superficies.
Están compuestos a base de varios tipos de extractos de plantas y de animales y se presentan en pastillas, sobres o jarabes. Su funcionamiento se basa en los efectos de cada uno de los tipos diferentes disponibles, pero la realidad es que no se han sometido a ensayos clínicos, con lo que tanto su seguridad como su efectividad son teóricas, pero no están científicamente comprobadas. Según algunos expertos, tienen poca eficacia, o ninguna, en dosis bajas. En dosis altas, pueden presentar alguno de los problemas que citamos:
- Toxicidad hepática
- Convulsiones
- Taquicardias y nerviosismo
- Insomnio.
Finalmente, hay quemagrasas –sobre todo algunos, de venta por internet y en gimnasios– cuya composición no está del todo clara y podrían contener esteroides y otros anabolizantes, cuyos efectos secundarios pueden ser serios. La recomendación es buscar un proveedor de confianza, huyendo de ofertas “mágicas”, normalmente engañosas.
Los quemagrasas. Tipos
Hay dos tipos fundamentales de quemagrasas: los termogénicos y los lipotrópicos. Los primeros funcionan provocando el aumento de la temperatura corporal, mientras que los segundos potencian la utilización de las grasas como fuente principal de energía.
Los termogénicos
Son sustancias con la propiedad de elevar la temperatura del cuerpo. Provocan de este modo la conversión de grasa en energía, a la vez que hacen disminuir el tejido adiposo (la grasa corporal).
Los termogénicos naturales más usados son:
- La cafeína, que contiene paraxantina, que favorece la lipolisis (un proceso que moviliza los lípidos de reserva en el tejido adiposos)
- El té verde, que contiene polifenoles, que son poderosos antioxidantes (con lo que hacen disminuir la inflamación) y aceleran el metabolismo y la combustión de las grasas.
- La naranja amarga, que ayuda a inhibir la sensación de hambre, Contiene sinefrina, que regula el metabolismo de las grasas.
- El guaraná, que es una planta, originaria de la amazonia y que es un ingrediente habitual en las bebidas energéticas. Contiene cafeína y taninos, que aumentan la quema del tejido graso.
- Las frambuesas, que se considera quemagrasas por sus efectos en las hormonas reguladoras del metabolismo.
- La cayena. Su contenido en capsaicina, que es la sustancia que las hace picantes, provoca el aumento de la temperatura corporal.
Los termogénicos (*), como hemos visto, aceleran el metabolismo, pero también tienen el efecto de acelerar el ritmo cardíaco. No son por tanto recomendables en personas con cardiopatías (problemas del corazón) o trastornos circulatorios. En estos pacientes pueden provocar la aparición de taquicardias o arritmias.
Además, no deben consumirlos quienes sigan una dieta baja en hidratos de carbono, pues el aumento de la combustión de grasas exige unas reservas de glucógeno (o sea de hidratos). La bajada de esas reservas puede generar problemas.
L-Carnitina
La L-Carnitina (o levocarnitina o simplemente carnitina) se encuentra en carnes rojas y lácteos. El propio cuerpo también la produce, en pequeñas cantidades.
Se trata de un aminoácido, cuya función es transportar las grasas a las células, que a su vez las convertirán en la energía necesaria para ejercer sus funciones.
Las dosis extra de L-Carnitina (las que se obtienen con suplementos) sirven para aumentar la quema de grasas en lugar de quemar los hidratos, lo que provoca una disminución de las grasas del cuerpo. Reduce igualmente la fatiga muscular y el tiempo de recuperación tras un esfuerzo.
Al ser una sustancia que produce el propio cuerpo, su ingesta no produce muchos efectos secundarios. No obstante, deben tomarse ciertas precauciones antes de ingerirla:
- Los pacientes de epilepsia pueden ver aumentadas sus convulsiones
- Los cardiópatas o los pacientes de problemas nerviosos periféricos (neuropatías periféricas) deben consultar previamente con el médico.
Globalmente, los efectos secundarios más habituales son (aunque poco frecuentes):
- Mareos
- Náuseas y vómitos.
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Sudoración excesiva (hiperhidrosis)
Conclusiones: ¿son efectivos?
Hemos visto los dos quemagrasas más habituales, pero se podrían citar más. Se pueden comprar en farmacias, parafarmacias, tiendas de deportes, grandes superficies… virtualmente en todas partes.
No debe buscarse en los quemagrasas la solución para adelgazar –para perder grasa. Pueden usarse como complemento a una dieta saludable acompañada de una rutina de ejercicio, pero por sí solos no tienen efectos apreciables en las dosis recomendadas.
Se sale del alcance de este artículo recomendar un tipo u otro, más que nada porque si lo que queremos es adelgazar, lo idóneo es seguir la dieta saludable de que hablábamos antes: reduciendo las grasas, suprimiendo o minimizando la ingestión de grasas animales y con abundancia de fruta y verduras. A esto debe añadirse el ejercicio como rutina (la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de dos horas y media semanales de ejercicio intenso). En resumen, adoptar unos hábitos de vida saludables.
En cualquier caso, la recomendación más útil es hablar con un médico antes de emprender un tratamiento con este tipo de suplementos.
Bibliografía:
https://www.webmd.com/vitamins-and-supplements/what-are-fat-burner-supplements (*)
(*): enlaces en inglés