Salud y medicina

¿Qué es un aneurisma de aorta?

El aneurisma de aorta es una dilatación de la arteria principal del cuerpo producida por una debilidad de la pared, normalmente relacionada con el envejecimiento y con la arterioesclerosis. El Dr. Marc Sirvent, especialista en angiología y cirugía vascular del Centro Médico MGC, nos habla del aneurisma de aorta abdominal y cómo prevenir esta enfermedad.

¿Qué es un aneurisma de aorta abdominal?

La aorta es la arteria principal del cuerpo a partir de la cual nacen el resto de las arterias. Irriga sangre oxigenada a todo el organismo y se extiende desde el corazón, por el centro del pecho, hasta el abdomen. Un aneurisma de aorta abdominal es una dilatación o ensanchamiento de la parte baja o porción abdominal de la aorta. Podemos decir que la dilatación del vaso se considera aneurismática cuando mide más de 3 centímetros.

¿Qué puede causar la aparición de este tipo de aneurisma?

La pared de la aorta se puede debilitar y dilatar a lo largo del tiempo. La mayoría de los aneurismas de aorta abdominal están relacionados con el envejecimiento de la persona y con la arteriosclerosis.

¿Qué síntomas tiene y cuándo debemos acudir al especialista?

Habitualmente los aneurismas de la aorta abdominal crecen de forma lenta a lo largo de los años, por lo que suele ser una enfermedad asintomática. Sin embargo, la situación puede complicarse a medida que se agranda el aneurisma, porque aumentan las posibilidades de que se rompa.

En estas situaciones de urgencia es cuando los síntomas son más evidentes: dolor de abdomen y de espalda, que puede ser intenso y persistente e irradiarse por los glúteos y las piernas; sudor frío; mareos o sensación de vértigo; náuseas y vómitos; frecuencia cardiaca rápida; falta de aliento o presión arterial baja.

La ruptura o el desgarro de un aneurisma es una situación peligrosa, porque es mortal hasta en un 80% de los casos. Muchas de estas muertes se producen antes de que el paciente pueda llegar al hospital, por lo que, cuando se detectan síntomas que pueden ser de un aneurisma de aorta abdominal, es conveniente requerir rápidamente atención médica para que los valore un especialista.

¿Cómo se puede detectar?

La detección del aneurisma de aorta abdominal es relativamente sencilla y puede realizarse a través de una ecografía abdominal. Al tratarse de una enfermedad asintomática, muchas veces los pacientes vienen derivados de otros especialistas que, en el estudio de su patología y mediante la realización de otras pruebas, han detectado de manera casual el aneurisma.

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento del aneurisma depende básicamente de dos factores: de su diámetro y de si presenta o no síntomas.Habitualmente, si no presenta síntomas y si el diámetro de la dilatación no es superior a 5,5 centímetros, se suele optar por un tratamiento conservador: una vigilancia periódica mediante la realización de ecografías y un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular, sobre todo el tabaco y la tensión arterial. También es esencial la prescripción de una medicación de protección vascular, que suele ser un antiagregante (tipo aspirina) y estatinas, que aunque habitualmente se prescriben para el colesterol alto, también sirven en este caso.

Por otro lado, cuando aparecen síntomas o la dilatación de la aorta supera los 5,5 centímetros de diámetro, se considera necesaria una intervención quirúrgica, que puede ser de dos tipos. Una es la convencional, con cirugía abierta para sustituir la porción dañada de la aorta por un injerto sintético. La otra alternativa es la cirugía endovascular, una intervención mucho menos invasiva y frecuente para reparar el aneurisma. Consiste en la colocación de una endoprótesis endovascular en la zona dañada que separe el aneurisma del flujo sanguíneo y que está diseñada para fijarse sin abrir quirúrgicamente la aorta.

¿Se puede prevenir?

Como el aneurisma es una enfermedad relacionada con el envejecimiento de la persona y con la arteriosclerosis, actualmente el único método de prevención es llevar una vida sana, hacer ejercicio regular y, sobre todo, controlar bien los factores de riesgo cardiovascular como el tabaco, el colesterol, la tensión arterial y la diabetes.