Salud y medicina
Por qué beber demasiado nos hace vomitar
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A todos, o a casi todos, nos ha pasado alguna vez, tras una noche de excesos, tener que visitar el cuarto de baño para vomitar, con el estómago revuelto a más no poder. Y el caso es que no sólo el alcohol “duro” puede producir ese efecto. Incluso la cerveza, más ligera, puede causar ese desagradable malestar de estómago. Pero, ¿por qué el alcohol nos afecta así al estómago? Y ¿cuáles son las consecuencias de consumirlo en exceso?
Como primera medida, una advertencia: vomitar después de beber debe tomarse en serio, pues puede revelar una intoxicación etílica: un envenenamiento producido por el alcohol. Ante la duda de intoxicación etílica, lo más seguro es buscar ayuda médica.
Por qué el alcohol te hace vomitar
El alcohol es una toxina y consecuentemente, tomado en exceso, puede afectar al estómago causando el vómito, particularmente si has bebido demasiado.
No afecta exclusivamente al hígado, que es la creencia más extendida, sino también al tracto intestinal, empezando por el revestimiento del esófago y del estómago. Puede causar dolor, irritación del revestimiento, dolor al comer, acidez y vómitos.
Los síntomas de la intoxicación etílica
Si bebes mucho, y particularmente en un periodo de tiempo reducido, puede producirte una intoxicación etílica.
Los casos graves de intoxicación pueden conducir al coma (el “coma etílico”), daños en el cerebro e incluso la muerte. Si tú, o alguien cercano, tenéis alguno de los síntomas que siguen, deberías acudir sin falta a urgencias:
- Confusión
- Vómitos
- Falta de coordinación
- Respiración lenta o irregular
- Estupor, o inconsciencia
- Hipotermia: piel pálida o azulada causada por la baja temperatura corporal.
Por tanto, a efectos de distinguir entre una borrachera y una intoxicación: La intoxicación grave resulta en una seria confusión, puede causar fiebre, incrementar el ritmo cardíaco y debe tratarse con urgencia. La capacidad de respiración puede verse afectada, con pausas de hasta diez segundos entre inspiraciones; los pacientes pueden volverse cianóticos (piel azulada), tener el oxígeno en sangre muy bajo y pueden ser proclives a aspirar su propio vómito.
Cómo recuperar la sobriedad
Contrariamente a las recetas populares, tomar mucho café, darse una ducha fría, intentar caminar, provocar el vómito… no va a servir de nada. La absorción del alcohol en el organismo es muy rápida y esas viejas recetas pueden en realidad empeorar tu estado.
Si alguien tiene síntomas de mucho exceso de alcohol, debe hacerse lo siguiente:
- Mantenerse despierto, y sentado
- Tomar sorbos pequeños de agua, si es capaz de beberlos
- Si ha perdido la consciencia, acostarlos de lado y comprobar que respiran con normalidad
- Mantenerlos calientes, abrigándolos de ser necesario
- Estar con él, prestando atención a los síntomas.
- Si no mejora, llamar a urgencias.
¿Cuánto alcohol bebes?
Si regularmente vomitas tras las noches “movidas”, quizá deberías controlar lo que bebes.
El alcohol se mide en “unidades”, siendo cada unidad el equivalente a diez gramos de alcohol. Como guía:
- 1 unidad. Un vaso o copa de vino (100 ml), una cerveza (200 ml), un carajillo o un vermú.
- 7 unidades: una botella de vino (750 ml)
- 10 unidades: un litro de cerveza
- Un combinado con whisky, ron o ginebra contienen entre 2 y 4 unidades, según lo cargado que se tome.
Es muy variable el alcohol que cada cual puede tomar, pero lo recomendado por la OMS es no pasar de 14 unidades de alcohol semanales… y desde luego repartidas entre toda la semana, ¡no de una sentada!