Salud y medicina

Odontofobia: miedo al dentista

Dentista y enfermera trabajando en la boca del paciente

Son numerosos los adultos que sufren la denominada odontofobia o fobia dental, que se incluye entre las cinco fobias contemporáneas más importantes y prevalentes del mundo.

Las personas que la padecen tratan de evitar las visitas al dentista por ansiedad o por miedo. Es un problema serio ya que, aunque quienes la sufren reconocen que su temor es excesivo, se sienten incapaces de cambiar la situación. Sólo van al dentista si es por fuerza mayor o cuando el dolor físico se vuelve insoportable. No dormir, llorar antes de la cita o sufrir nervios exagerados mientras se permanece en la sala de espera son algunos de los principales síntomas.

Hay varias razones por las que se puede sufrir esta fobia. Entre otras, se incluyen el miedo al dolor (poco comprensible dadas las técnicas avanzadas de hoy en día), el miedo a las infecciones o a que las nuevas técnicas no funcionen, el temor a los efectos de la anestesia, sentimientos de pérdida de control o de invasión del espacio corporal, vergüenza y experiencias previas desagradables.

Sin lugar a dudas, el primer efecto negativo del miedo y la ansiedad es la conducta de evitación por parte del paciente. Esta actitud de evasión va a interferir en el seguimiento del tratamiento. La ansiedad ante la odontología crea un círculo vicioso en el que la evasión del tratamiento dental consigue un deterioro de la dentición que da lugar a sentimientos de culpa, de compromiso y de inferioridad. El mal estado bucal, provocado en cierto modo por su conducta de evasión (no acudir al dentista), reduce la autoestima de estos individuos e impide la consecución de una calidad de vida adecuada.

Infundir confianza

La mejor manera de sobrellevar este miedo es hablarlo directamente con el dentista. En el momento en que los médicos conocemos los temores del paciente, tenemos la obligación, moral y profesional, de hacer todo lo posible para infundirle confianza y lograr su bienestar.

Participar del proceso que llevemos a cabo, preguntando sin temor qué es lo que estamos haciendo, también puede ayudar al paciente, que así puede prepararse para el siguiente paso del tratamiento. Pactar una señal para que nos detengamos cuando se sienta incómodo o simplemente para tomar aire puede ser también una buena alternativa.

En resumen, mucha dedicación y comprensión, y explicarle de forma detallada todo el tratamiento así como la forma de realizarlo. Muchas personas desconocen que hoy, por ejemplo, para colocar un implante, ya no es necesario esperar meses, sino que podemos realizar cargas inmediatas (implantes y dientes nuevos pueden ponerse en una sola sesión). Simplificar los procedimientos es reducir tiempo de trabajo y coste biológico, generando confianza, aceptación y seguridad en los pacientes.

El miedo en los niños

Los niños no nacen con miedo al dentista, sino que lo adquieren teniendo como origen diferentes circunstancias. Una de ellas son los padres que, sin querer, explican de manera incorrecta o con demasiado detalle cómo será esta nueva experiencia y en vez de prepararles les generan miedo y angustia. Otras veces, por comentarios que el niño escucha de sus amigos, familiares y hasta de lo que puedan oír de conversaciones ajenas.

Para reducir el temor, los padres desempeñan un papel fundamental. Una medida aconsejable es llevar a su hijo al dentista desde bebé para familiarizarle con el consultorio, con el dentista y con el instrumental. Con el tiempo y si sigue un proceso normal de visitas, todo le resultará familiar y será mas difícil que el tratamiento le resulte traumático al niño.

Chica joven muestra una preciosa sonrisa

Avances tecnológicos

Hoy en día, los avances tecnológicos nos permiten practicar una odontología minimamente invasiva, que es aquella que se preocupa por el paciente ofreciéndole una máxima efectividad con una mínima intervención. Las mejoras en este campo hacen innecesario, en la mayoría de los casos, el uso del bisturí, con lo que se reducen el dolor y el sangrado, y la curación y posterior cicatrización son mucho más rápidas.

El láser odontológico

Principalmente hablaremos del láser de Nd:YAG. Éste puede transmitirse a través de fibra óptica, lo cual permite una fácil aplicación de este tipo de energía en espacios anatómicos bucodentarios de difícil acceso. Este hecho, asociado al potente efecto bactericida que produce esta longitud de onda, lo convierten en una herramienta ideal en los tratamientos endodóncicos y periodontales, en los que mejoran sensiblemente los resultados respecto a los que se obtienen con las técnicas convencionales. También se utiliza en ciertos tratamientos de cirugía bucal, principalmente para las exéresis (extracción) de lesiones de tejidos blandos. Con este tipo de láser se pueden hacer incisiones claras, nítidas y además se requiere menor cantidad de anestésico local. Generalmente no es necesario suturar. Los postoperatorios evolucionan normalmente casi sin dolor ni edema; la cicatrización es rápida y no presentan complicaciones post quirúrgicas.

Biomateriales: Zirconio

Uno de los mayores avances en la odontología moderna, sin duda alguna, ha sido la utilización de nuevos materiales, destacando el zirconio, que permite realizar prótesis de excelente calidad. Éstas son diseñadas y fabricadas asistidas por un ordenador CAD/CAM cuyo principal objetivo es elaborar prótesis libres de metal, dotando al paciente de una estética excelente. La alta precisión y su perfecta adaptación, además de la biocompatibilidad y sus excelentes propiedades biomecánicas, ofrece restauraciones individualizadas con muy alta estética. La translucidez proporciona la vitalidad que, junto con la porcelana de recubrimiento, hace que resulte casi imposible distinguir una pieza restaurada de un diente natural.

Cirugía guiada por ordenador

La cirugía guiada por ordenador es una disciplina recientemente incorporada a la odontología para la colocación de implantes dentales. Las cirugías planificadas y guiadas por ordenador se realizan a partir de imágenes axiales procedentes de un TAC y de las reconstrucciones en 2D y 3D que el software SimPlant genera. Así, se puede elegir la posición, angulación y propiedades ideales para la colocación de los implantes, teniendo en cuenta cuestiones funcionales y estéticas. Al ser una técnica mínimamente invasiva el paciente se incorpora el mismo día a su vida habitual con los dientes provisionales colocados.

Sedación

Las clínicas que disponen de quirófano ofrecen la posibilidad de realizar sedaciones, lo que nos permite calmar el estrés en los pacientes y a la vez reducir el número de sesiones para realizar un mismo tratamiento.

En definitiva, todos los avances experimentados en nuestra disciplina en la última década nos permiten realizar una odontología más moderna y efectiva que, sin duda, y al ser explicada a nuestros pacientes antes y durante el tratamiento, logran que el miedo a acudir a nuestras consultas vaya disminuyendo considerablemente.