Bienestar, Psicología

La expresión “Me has roto el corazón” tiene sentido médico

corazón

Es de un innegable tinte poético, la expresión, y va asociada generalmente a “mal de amores”, aunque también se suele aplicar a un disgusto grave. Pero resulta poco conocido que, en efecto, tiene un sentido puramente médico.

Es lo que se llama una miocardiopatía (o sea, una enfermedad que afecta al corazón) por estrés, y es conocida como el síndrome de Takotsubo. Se describió en Japón, en los años noventa. Puede afectar a personas de corazón totalmente sano, y sus síntomas son los mismos que los de un ataque cardíaco.

Cómo se produce

Como hemos dicho, el síndrome lo desencadena una emoción muy intensa, como un grave disgusto, un problema repentino o un disgusto con alguien muy cercano. Esa situación de intenso estrés puede desencadenar una secreción repentina de dosis muy altas de catecolaminas, que son unas hormonas producidas en las glándulas suprarrenales con un papel neurotransmisor.

Esa liberación se hormonas puede provocar una debilitación grave del corazón, coloquialmente llamada síndrome del corazón roto.

¿Tiene consecuencias?

Hasta recientemente se pensaba que, aun teniendo los mismos síntomas, no tenía las graves consecuencias del ataque cardíaco. Salvo que presentara complicaciones evidentes, el trastorno se calificaba como benigno.

Un estudio reciente, llevado a cabo en la Universidad de Aberdeen, en Escocia, ha puesto de manifiesto que a largo plazo el daño puede ser el mismo que el que causa el ataque cardíaco, según informa la British Heart Foundation.

En la investigación, se estudiaron los datos de 37 pacientes diagnosticados de síndrome de Takotsubo y se puso de manifiesto que sus corazones daban señales de insuficiencia cardíaca, como los que sufren los pacientes de ataque cardíaco. Se usaron pruebas de esfuerzo y resonancias magnéticas, que revelaron la existencia de lesiones en el miocardio. Todo ello explica por qué los diagnosticados de Takotsubo tienen similar supervivencia a largo plazo que aquellos.

El estudio pone de manifiesto la necesidad de aplicar a los pacientes un tratamiento similar al del ataque cardiaco, lo que hasta ahora no se ha venido generalmente haciendo.