Psicología

La depresión atípica: síntomas, causas y tratamientos

La depresión atípica, pese a lo que puede dar a entender su nombre, es relativamente frecuente. Y tiene muchos de los síntomas de la depresión “normal”, aunque también otros son exclusivos y poco frecuentes en la depresión normal.

En la depresión atípica se dan los síntomas habituales: tristeza, ansiedad, abulia, falta de interés por las cosas. Afecta al estado de ánimo del paciente, a cómo siente y piensa, a su comportamiento, ocasionalmente causando falta de ganas de vivir. Pero entre los síntomas que la diferencian, los pacientes de la depresión atípica responden positivamente a sucesos positivos y, por el contrario, muestran una respuesta exagerada ante eventos negativos.

Cuáles son sus síntomas

Los síntomas diferenciales de la depresión atípica son:

  1. Inestabilidad emocional. Como ya hemos comentado, los pacientes responden exageradamente ante sucesos externos, animándose con una noticia feliz o viniéndose abajo ante un contratiempo.
  2. Hambre: los pacientes manifiestan un apetito anormal, que les lleva a comer en exceso y a engordar.
  3. Dolores y pesadez de las extremidades.
  4. Cansancio extremo, que les lleva a pasar largos periodos del dia sentados o bien echados. Esto puede contribuir a un estado de soledad, creando un círculo vicioso.
  5. Sueño anormal, o hipersomnia. Los pacientes tienden a dormir muchas horas, ya sea de día como de noche.
  6. Sensibilidad extrema ante terceros, ya sea ante posibles halagos como críticas, llevándoles a un estado de ansiedad por la imagen que puedan estar dando ante los demás.

Diagnóstico

La depresión atípica tiene una característica clave, que es la inestabilidad emocional. Esta inestabilidad puede causar que la depresión no se detecte y pase desapercibida ante los demás.

El diagnóstico de cualquier depresión viene en gran parte dado por el paciente, que es quien debe decirle al médico lo que le sucede. El médico puede incluso proponer un cuestionario que dará pistas claras sobre una posible depresión.

Igualmente, el médico podrá efectuar una exploración física y pedir un análisis de sangre u otras pruebas que le permitirían descartar causas orgánicas como pudieran ser algún tipo de anemia o falta de hormonas tiroideas.

Young man with hands clasped together

Tratamientos

Básicamente hay dos tratamientos posibles: la psicoterapia y la farmacoterapia. Será el médico de familia quien en un primer momento recomiende la consulta con el especialista adecuado. El tratamiento puede ir depurándose con el tiempo, de modo que se centre en la pauta que vaya dando mejor resultado en el paciente.

Detallar el posible tratamiento farmacológico se sale del alcance de este artículo, pero por citar los medicamentos más usados:

  • Los inhibidores de la monoaminoxidasa (fenelzina), que son de uso muy delicado y bajo estricta vigilancia médica por sus posibles graves efectos secundarios.
  • Los antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como sertralina y fluoxetina.

El tratamiento psicoterapéutico puede ser bien la psicoterapia cognitiva o bien la terapia interpersonal, y la elección vendrá dada en función de los resultados.

Qué se puede hacer en casa

La depresión es una grave enfermedad y no debe intentarse resolverla por uno mismo. Pero sí hay cosas que el paciente puede hacer (y cosas que debe evitar) y le servirás de indudable ayuda. El primer consejo es el más importante, por tanto:

  • Busca ayuda. Habla con tu médico de familia para empezar a centrar el tema.
  • Infórmate bien sobre la enfermedad. Puede ayudarte para seguir adecuadamente el tratamiento que los médicos instauren. Es un hecho comprobado que el paciente bien informado colabora activamente en su propio tratamiento, volviéndolo más eficaz.
  • Identifica si existen momentos o sucesos que puedan exacerbar tus síntomas. Tu psicoterapeuta podrá ayudarte con ello, e identificarlos podrá ayudarte a evitar situaciones proclives.
  • Sigue un estilo de vida saludable: sigue una dieta sana, duerme bien y haz ejercicio con regularidad. Intenta buscar una actividad al aire libre.
  • Practica la meditación y el mindfulness. Te ayudarán a centrarte en el momento. Escribe tus pensamientos, quizá en un diario.
  • Evita el alcohol y limita la cafeína.