Salud y medicina

Eosinófilos altos y neutrófilos bajos: ¿Cuál es el nivel correcto?

Los eosinófilos y los neutrófilos son glóbulos blancos que intervienen en el funcionamiento del sistema inmunológico. Su función es la de proteger al cuerpo humano contra infecciones o alteraciones que puedan desembocar en una enfermedad. Sin embargo, por diferentes razones, los valores de ambos pueden verse alterados. En este artículo, te contaremos cuáles son los valores normales y qué indica el tener los eosinófilos altos y los neutrófilos bajos. 

¿Qué son los eosinófilos?

Los eosinófilos son un tipo de glóbulo blanco, y entra dentro de la clasificación de los granulocitos, junto a los neutrófilos y los basófilos. Intervienen directamente en la respuesta inmunitaria del organismo ante las infecciones. Se caracterizan por sus gránulos citoplasmáticos que se tiñen de rojo anaranjado con tintes ácidos.

En palabras más técnicas, son células polimorfonucleares con las que se forma la inmunidad innata, y actúan ante bacterias, hongos, virus y todo tipo de parásitos. Son la primera línea de defensa de nuestro cuerpo y los primeros en actuar cuando los tejidos periféricos emitan alarminas, que son las que activan al sistema inmune. 

Pero su función no solo se limita a la protección y defensa infecciones parasitarias, también actúan como reguladores de la homeostasis, compensando la falta de actividad de otras células, como en las reacciones alérgicas, en las que modulan la inflamación. Otras funciones es la reparación de los tejidos dañados. 

¿Cuál es su valor normal?

En condiciones normales, el rango de eosinófilos, que son un tipo de leucocito, es de aproximadamente de 2,3% del total de estos y el 7% de las células sanguíneas. Dentro de la totalidad de glóbulos blancos, suelen situarse entre el 0.5% y el 5% del total. En números absolutos, son entre 100-300 eosinófilos por microlitro de sangre.

Sin embargo, estos valores pueden variar ligeramente dependiendo de factores individuales como la edad, el sexo, el estado de salud general, la región geográfica e incluso el tipo de muestra. Los niveles fuera de este rango pueden indicar la presencia de trastornos o enfermedades subyacentes que necesitan ser investigadas más a fondo.

Eosinófilos altos o eosinófilos bajos

En determinadas circunstancias, una analítica puede mostrar eosinófilos bajos o eosinófilos altos. A continuación vamos a ver en detalle qué indica cada uno de estos escenarios. 

¿Qué pasa si los eosinófilos están bajos?

Cuando el número de eosinófilos es inferior al normal, es decir que las cifras se encuentran por debajo de los 50 eosinófilos por microlitro de sangre, se habla de eosinopenia. Este resultado por sí mismo no es un indicador de que haya una enfermedad subyacente, sino que se deben poner en contraste con otros datos, como por ejemplo los neutrófilos. En algunas ocasiones, se pueden solicitar pruebas complementarias, ya que todo dependerá también de la sintomatología que presente el paciente. 

De existir una enfermedad, suelen estar relacionadas con la supresión del sistema inmunológico. La razón puede encontrarse, no obstante, en la administración de determinados medicamentos, las infecciones graves como el VIH, la leucemia y otras enfermedades hematológicas. También puede ser un signo de reacciones adversas a medicamentos, trastornos hormonales o deficiencias nutricionales. Incluso el estrés puede reducir sus niveles en la sangre. 

La baja presencia de eosinófilos en la sangre puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y responder correctamente ante los procesos inflamatorios.

¿Qué significa que los eosinófilos están altos?

Cuando nos encontramos con un resultado de un análisis que muestra eosinófilos altos, se le llama eosinofilia. En este caso, las cifras están por encima del rango considerado como adecuado. Existen tres niveles diferentes, que indican la gravedad de la situación: leve (400-1500/µl), moderada (1500-5000/µl) o grave (>5000/µl).

Como sucede en el caso anterior, un resultado de eosinófilos altos no revela nada por sí mismo, sino que de nuevo, se pone en relación con los demás niveles de glóbulos blancos. De darse una condición médica, en estos casos lo más frecuente son las reacciones alérgicas, las infecciones parasitarias, las enfermedades respiratorias como el asma y los trastornos dermatológicos. Sin embargo, también pueden estar asociados con trastornos inflamatorios, enfermedades autoinmunes, reacciones a medicamentos o enfermedades del tejido conectivo.

Es importante realizar un análisis completo para determinar la causa subyacente de los eosinófilos altos para poder ofrecer el tratamiento adecuado. También podría ser necesario realizar algunas pruebas adicionales, como análisis de sangre específicos, pruebas de alergia o biopsias de tejido.

Conclusión

Los eosinófilos son un componente muy importante del sistema inmunológico y desempeñan un papel protagonista en la defensa del cuerpo contra infecciones y enfermedades. Tanto los niveles bajos como altos de eosinófilos pueden ser indicativos de trastornos subyacentes que podrían requerir atención médica. Si existiera una sintomatología concreta y una analítica revelara valores alterados, el personal médico marcaría las pautas para el diagnóstico y el tratamiento pertinente. 

Bibliografia

https://biotech-spain.com/es/articles/eosin-filos-qu-significa-tener-valores-altos-o-bajos-/

https://www.msdmanuals.com/es/professional/hematolog%C3%ADa-y-oncolog%C3%ADa/trastornos-de-los-eosin%C3%B3filos/producci%C3%B3n-y-funci%C3%B3n-de-los-eosin%C3%B3filos