Salud y medicina

Leucocitos bajos: ¿Qué significan y cuáles son las posibles causas?

Qué son los leucocitos

Son uno de los cuatro componentes de la sangre, el tejido (la sangre es un tejido más del cuerpo) encargado de llevar el alimento (oxígeno) a todas las células de tu cuerpo. Los otros componentes son los glóbulos rojos (o hematíes), que son los que almacenan el oxígeno para entregarlo a las células, las plaquetas, que son las encargadas de tapar una herida, de modo que deje de sangrar, y el plasma, que es el líquido donde están las anteriores.

Los leucocitos tienen la misión de luchar contra las infecciones. Cuando se detecta un germen nocivo en la sangre, acuden a la zona infectada, matando (“fagocitando”) al intruso. Son por tanto, parte fundamental del sistema inmunológico de tu cuerpo.

Tipos de leucocitos

Hay cuatro tipos de leucocitos, que enumeramos a continuación, explicando las funciones clave que tiene cada tipo en la lucha contra las infecciones (incluyendo el cáncer):

  • Neutrófilos, que en condiciones normales son los más numerosos. Son la fuerza de choque contra los invasores
  • Linfocitos, de los que hay dos subtipos:
    • Linfocitos T, que ayudan a destruir las células tumorales y que controlan las respuestas inmunitarias
    • Linfocitos B, que elaboran los anticuerpos y marcan los gérmenes para que otras células los maten
  • Monocitos, que luchan contra infecciones tumorales y efectúan tareas de limpieza
  • Basófilos, que también llevan a cabo funciones de limpieza
  • Eosinófilos, que reaccionan ante las alergias, el asma e infecciones de parásitos.

Qué es tener bajos los leucocitos

Los niveles de leucocitos considerados normales oscilan entre 4.500 y 11.000 por milímetro cúbico de sangre. Por cada tipo:

  • Neutrófilos, entre 2.000 y 8.000 por milímetro cúbico de sangre
  • Linfocitos, entre 1.000 y 4.000 por milímetro cúbico
  • Monocitos, entre 150 y 900 por mm3
  • Basófilos, entre 10 y 150 por mm3
  • Eosinófilos, entre 50 y 500 por mm3.

Debes tener en cuenta que dichos rangos pueden variar levemente entre un laboratorio y otro.

Básicamente, un recuento bajo de leucocitos te pondría en mayor riesgo de infección.

El recuento anormalmente bajo de los glóbulos blancos es un número más bajo de lo normal, según los rangos citados.

Cuáles son los síntomas

La disminución del nivel de glóbulos blancos en la sangre no presenta ningún síntoma específico.

Lo que da pie a sospechar que el recuento es bajo es que el paciente presente infecciones con alguna frecuencia. Estas infecciones podrían producir:

  • Fiebre
  • Erupciones
  • Escalofríos
  • Tos, dificultad para respirar
  • Llagas en la boca y en otras mucosas
  • Hinchazón de los ganglios linfáticos.

Por qué se produce

Las posibles causas de un recuento bajo de leucocitos son muy numerosas, y diversas:

  • Una infección, como diversas infecciones víricas (el VIH, causante del sida)
  • Una septicemia, que es una gravísima infección generalizada del cuerpo
  • Diversos medicamentos, fundamentalmente la quimioterapia
  • La radioterapia, como tratamiento ante un cáncer
  • Trastornos de la médula ósea (que es donde se producen los leucocitos)
  • Un cáncer, sobre todo los que se manifiestan en la médula ósea (leucemia, mieloma, linfoma), o bien son metastásicos.

Qué se puede hacer

Ante la sospecha de una infección recurrente, debes acudir al médico, que con toda probabilidad pedirá un análisis de sangre en el que se muestre la hematología básica. Es decir, que estudie los componentes de la sangre.

Las pautas de actuación vendrán definidas en función de los hallazgos, como el tratamiento de una posible infección (la causa más frecuente). Si la bajada de leucocitos viene provocada por alguna otra enfermedad, el tratamiento de ésta será el primer abordaje.

En el caso de que se esté tratando un cáncer, la quimioterapia y la radioterapia pueden causar esa inmunosupresión que es el recuento bajo de los leucocitos.

Finalmente, si la causa no está clara, el médico podría pedir una punción de la médula ósea, tomando una muestra para someterla a una biopsia, que revelaría una posible alteración de la médula.