Salud y medicina

Enfermedades de la retina: la detección precoz es clave

De todas las partes del ojo, podríamos decir que la retina es la que realmente “ve”. La retina es una fina membrana, compuesta por hasta diez capas celulares, que tapiza la parte interna y posterior del globo ocular.

De esta delicada y compleja estructura salen millones de fibras que recogen toda toda la información visual que llega a nuestro ojo y que conforman el nervio óptico. Este nervio es realmente una extensión del cerebro, ya que estas fibras que contiene en su interior son neuronas y este nervio está recubierto del mismo tejido del cerebro, las meninges.

Es fácil imaginar, sabiendo todo esto, que cualquier alteración que afecte a la función o a la estructura de esta parte del ojo puede comportar serias complicaciones para la visión. Por este motivo es importante poder detectar cuanto antes mejor cualquier problema que pueda sufrir la retina para intentar, en los casos que sea posible, detener estos procesos para evitar una pérdida de visión que en muchos casos puede ser irreversible.

Las enfermedades que afectan a la retina con más frecuencia se pueden detectar a tiempo con las revisiones oftalmològicas y consultando al oftalmólogo si notamos alteraciones en la visión, aunque en un primer momento no nos parezcan graves.

Retinopatía diabética

La diabetes melitus, ya sea por mal control de los niveles de glucosa en sangre o bien por los años de evolución de la enfermedad, afecta a las pequeñas arterias y venas que hacen llegar/conducen el aporte sanguíneo a la retina. Esto hace que no llegue suficiente sangre para nutrirla, provocando una isquemia en esta parte del ojo. Esta isquemia comporta cambios en la estructura y función de la retina que acaban, en la mayoría de casos, provocando una disminución de la agudeza visual y, en ocasiones, provocando la pérdida total de la visión del ojo afectado. Podemos evitar o disminuir estos efectos, potencialmente muy graves, manteniendo un buen control de los niveles de glucosa en sangre y solicitando/pidiendo visita al oftalmólogo una vez al año, de forma preventiva, para explorar el fondo del ojo y vigilar que no aparezcan estos cambios en nuestra retina. Si se detectan lesiones en la retina, el oftalmólogo puede aplicar tratamientos para detener o frenar el avance de estas lesiones. Estos tratamientos son, generalmente, la aplicación de láser, la inyección intraocular de medicaciones específicas y, en algunos casos, cirugía de la retina. Cuanto antes se detecten lesiones en la retina y se puedan aplicar los tratamientos adecuados, mayores son las posibilidades de mantener la visión.

pupila_Retinopatía hipertensiva

Las complicaciones de la retina debidas a unos valores elevados o muy elevados de cifras de presión arterial causan la retinopatía diabética. Si la presión arterial es elevada a lo largo del tiempo o si los valores de presión arterial son muy elevados puntualmente (subidas bruscas), se pueden producir lesiones de las arterias y venas de la retina que pueden disminuir la visión. En este caso, sólo la normalización de los valores de presión arterial puede hacer desaparecer estas lesiones. Aún así, si la presión ha sido muy alta durante demasiado teimpo, las alteraciones que ha causado esta situación pueden dejar secuelas irreversibles.

Degeneración macular asociada a la edad

Esta enfermedad se debe al envejecimiento celular de la parte central de la retina, la mácula, donde la capacidad de visión es más precisa. Este envejecimiento se puede observar más frecuentemente a partir de los 65 años. Las células de la retina pierden, con los años, su capacidad de liberarse de las sustancias que fabrican fruto de su funcionamiento. Estas substancias se acumulan in situ, provocando, con el tiempo, un deterioro acelerado de estas células y, por tanto, la pérdida de su función visual.
La detección precoz es crucial para frenar la grave pérdida de visión que frecuentemente comporta, ya que desde hace pocos años disponemos de tratamientos específicos que inyectados directamente en la superficie de la retina, consiguen, en muchos casos, detener la progresión de la enfermedad. Por este motivo, en caso de pérdida de nitidez del centro de la visión, o bien se observa una visión deformada de la imagen, es recomendable solicitar visita con el oftalmólogo de forma preferente para poder descartar que estemos ante esta forma de degeneración macular.

Artículo elaborado por el Dr. Luís García Linares – Oftalmólogo del Centro Médico Mútua General de Catalunya