Efectos secundarios del cáncer y cómo afrontarlos

Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer son un aspecto asumido por la mayoría de los enfermos. No sólo pueden aparecer durante el tratamiento, sino que algunos efectos pueden desarrollarse meses, o incluso años después de finalizarlo. ¿Cuál es el riesgo y cómo nos puede ayudar el equipo médico a afrontarlos?

Cualquier tratamiento contra el cáncer, como la quimioterapia, la radioterapia, el tratamiento farmacológico o la cirugía, puede causar efectos secundarios, tanto durante su aplicación como a largo plazo. Son lo que se denomina “efectos tardíos”, y que una persona los llegue a desarrollar depende de aspectos como el tipo y la ubicación del cáncer, la zona del cuerpo que se ha tratado, el tipo y la dosis del tratamiento recibido, si existen problemas de salud anteriores, la edad (sobre todo en el cáncer infantil y en las personas mayores), los antecedentes genéticos, el estado de salud general y el estilo de vida.     

Los efectos secundarios tardíos o a largo plazo del cáncer

Los efectos secundarios del cáncer pueden incluir cambios físicos y emocionales. Hablar con su médico para conocerlos, evaluar el riesgo de desarrollarlos y saber cómo tratarlos son aspectos muy importantes en el tratamiento de los sobrevivientes. Los efectos más frecuentes son:

Cambios derivados de una cirugía

Dependiendo del tipo de cáncer y dónde se aplicó la cirugía, se puede ver afectado el sistema inmunitario (como en la extirpación del bazo por linfoma de Hodgkin, extirpación o radioterapia en los ganglios linfáticos). También pueden desarrollarse efectos físicos y psicológicos por la pérdida de una extremidad o de una parte de ella en el tratamiento del cáncer de huesos o tejido blando. O infertilidad, cuando se han extirpado órganos de reproducción, se han realizado ciertas cirugías o se ha aplicado radioterapia o quimioterapia en la zona de la pelvis o el abdomen.

Problemas cardiacos

La radioterapia en la zona del tórax, la columna o la parte superior del abdomen y la quimioterapia se han asociado a un mayor riesgo de efectos cardíacos tardíos, como deficiencia de las válvulas cardíacas y enfermedad de las arterias coronarias. Y el uso de ciertos medicamentos, como las antraciclinas, pueden causar ritmos cardíacos anormales, debilidad del músculo cardíaco e insuficiencia cardíaca.

Hipertensión

El debilitamiento del músculo cardiaco, así como cierto tipo de fármacos, es una causa frecuente de la presión arterial alta. Aunque normalmente este efecto secundario desaparece cuando termina el tratamiento, puede prolongarse en el tiempo.

Problemas pulmonares y respiratorios

La radioterapia, la quimioterapia y la cirugía en la zona del pecho y los pulmones, así como algunos medicamentos, pueden aumentar el riesgo de sufrir daño pulmonar y respiratorio: cambio en el funcionamiento pulmonar, inflamación o dificultad para respirar. Las personas con antecedentes de enfermedad pulmonar y los adultos mayores pueden desarrollar otro tipo de problemas adicionales.

Afectación del sistema endocrino

La radioterapia en la zona pélvica, la quimioterapia y la terapia hormonal, puede producir cambios hormonales, tanto en hombres como en mujeres. En la mujer, el descenso rápido de las hormonas puede producir síntomas menopáusicos o adelantar esta etapa. En el hombre, tratamientos como la terapia hormonal y la cirugía para la extirpación de los testículos puede producir síntomas similares a la menopausia. Además, cualquier tratamiento que afecta a los órganos reproductores o al sistema endocrino aumenta el riesgo de infertilidad, que puede ser temporal o permanente.

Problemas digestivos

La cirugía abdominal o pélvica y la radioterapia en el cuello, el tórax, el abdomen o la pelvis pueden afectar el sistema gastrointestinal y causar dolor a largo plazo, problemas intestinales que afectan a la digestión o diarrea crónica.

Cáncer secundario

La radioterapia y algunos tipos de quimioterapia pueden producir riesgo de sufrir un cáncer secundario, es decir, un tipo de cáncer distinto que aparece después del diagnóstico del cáncer original. Los más frecuentes son el de piel, el de mama y el de tiroides.

Otros efectos secundarios tardíos

• La quimioterapia, algunos medicamentos o la terapia hormonal pueden producir osteoporosis. Y la inmunoterapia puede provocar problemas reumatológicos, sobre todo en personas sedentarias. 
• La quimioterapia y las dosis altas de radioterapia en la cabeza y otras zonas del cuerpo pueden provocar problemas cognitivos en adultos y niños.
• La quimioterapia puede afectar el esmalte dental y aumentar el riesgo de problemas dentales a largo plazo. La radioterapia a altas dosis en el área de la cabeza y el cuello puede implicar cambios en el desarrollo dental y causar enfermedad de las encías.
• Los medicamentos corticoides pueden aumentar el riesgo de problemas en los ojos, como la aparición de cataratas.
• La fatiga es el efecto secundario más frecuente, tanto durante como después del tratamiento. Puede ser física, emocional o mental.

Dificultades emocionales

Los sobrevivientes al cáncer normalmente sienten una gran variedad de emociones, tanto positivas como negativas, que pueden continuar a largo plazo: alivio, gratitud, ansiedad, depresión, soledad y miedo a la recurrencia. Junto a sus cuidadores y familiares también pueden desarrollar un trastorno de estrés postraumático. 

La atención de seguimiento después del cáncer

El cuidado de las personas con cáncer no termina cuando termina el tratamiento. Además de la adopción de hábitos saludables y la rehabilitación necesaria, con el fin de detectar si el cáncer vuelve a reproducirse, controlar los efectos secundarios y el estado de salud general en los meses y años futuros, hay que trabajar en conjunto con el equipo médico para elaborar un plan de atención de seguimiento personalizado. Este plan puede incluir exámenes físicos regulares, pruebas médicas y el mantenimiento de registros de salud personales con información sobre el plan de tratamiento y las recomendaciones de la atención de seguimiento.

Dependiendo del tipo y del estadio del cáncer, los efectos secundarios del tratamiento, las normas del seguro médico y las preferencias personales, el seguimiento puede hacerse con el oncólogo, el médico de cabecera u otro especialista médico. 

Participar en la atención de seguimiento puede ser de gran ayuda mientras se realiza la transición a la vida diaria, ya que el apoyo médico es fundamental para conservar tanto la salud física como la  salud emocional del paciente sobreviviente al cáncer.

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