Salud y medicina
Diabetes: tengo niveles altos de azúcar en sangre
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La diabetes es una enfermedad que se manifiesta cuando se produce una alteración constante de los niveles de azúcar en la sangre. Hablamos con el Dr. Matteo Fabbi, especialista en Endocrinología del Centro Médico MGC, sobre los tipos de diabetes más comunes, sus síntomas y cómo vivir con esta enfermedad.
¿Qué es la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus es un grupo de enfermedades que tienen como denominador común la alteración de los niveles de azúcar en la sangre. Este trastorno metabólico se origina cuando el páncreas no puede fabricar suficiente insulina o cuando el organismo no puede procesarla correctamente (resistencia a la insulina).
La tipología de la diabetes viene determinada por la causa que origina la hiperglucemia. Aunque existen varios tipos de diabetes mellitus, los más frecuentes son la diabetes de tipo 1 y la diabetes de tipo 2. La diabetes de tipo 1 se caracteriza por una falta absoluta de la producción de insulina, mientras que la diabetes de tipo 2 se caracteriza por una reducción de la acción de la insulina.
¿Qué factores pueden causar la diabetes mellitus?
En la diabetes de tipo 1 muchas veces las causas exactas son de origen desconocido, aunque se aprecian factores que dan lugar a esta tipología, como la herencia genética y el factor inmunológico (los anticuerpos van destruyendo las células que producen la insulina).
Los factores que con más frecuencia se asocian al desarrollo de diabetes mellitus de tipo 2 son el sobrepeso y el sedentarismo. Es decir, que un estilo de vida con poca actividad física y con una dieta en la que se ingiere un exceso de grasas saturadas y azúcares sencillos, puede favorecer el desarrollo de la diabetes de tipo 2.
¿Qué síntomas tiene y cuándo suele manifestarse?
La diabetes de tipo 1 suele desarrollarse antes de los 30 años y los síntomas son muy llamativos, porque la falta de insulina suele aparecer de forma brusca con signos de glucemia muy alterada: mucha sed, necesidad de orinar con mucha frecuencia y una pérdida importante de peso.
La diabetes de tipo 2, sin embargo, suele desarrollarse de forma progresiva y el paciente no presenta síntomas claros (similares a los de la diabetes de tipo 1) hasta que la enfermedad está más desarrollada y los niveles de azúcar son realmente muy elevados, por lo que es muy difícil encontrar precozmente una alteración que pueda asignarse a una diabetes de tipo 2. Por tanto, desde el centro médico es importante detectar a la población de riesgo: se debería controlar a personas con más de 40 años, personas que tienen sobrepeso u obesidad, personas que tienen un estilo de vida sedentario y personas que tienen hipertensión u otros factores de riesgo conocidos. En este sentido, el Centro Médico Mútua General de Catalunya dispone de cuestionarios para la población general con el fin de hacer un cribado de las personas que podrían estar en riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 y diabetes gestacional, ya que en estas personas sí se debe hacer un control periódico de los niveles de glucemia en sangre.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
La diabetes de tipo 1 se trata exclusivamente con insulina. Para el tratamiento de la diabetes de tipo 2 existen hoy por hoy muchos tratamientos, algunos muy nuevos y bastante prometedores, sobre todo de cara a la prevención de las complicaciones. Pero la base fundamental del tratamiento es la prevención basada en los factores de riesgo más que en los síntomas, es decir, una dieta equilibrada y actividad física regular. De hecho, la actividad física regular es la que permite los mejores resultados sobre el control de glucemia añadida al tratamiento farmacológico. Cuando los niveles de glucemia están descompensados se aplica un tratamiento con fármacos hipoglucemiantes orales, que son pastillas que mejoran la acción de la insulina o que en algunos casos estimulan al páncreas a fabricar la insulina que necesite.
Pero si no se consigue controlar bien la enfermedad tan solo con tratamientos orales, en algunos casos necesitamos utilizar insulina, porque su falta de actividad puede afectar a muchos órganos y causar complicaciones que pueden llegar a ser graves.
Así, aunque cada persona con diabetes es diferente, el control y, cuando sea posible, la modificación de los factores de riesgo, es muy importante: se deben efectuar controles regulares de glucemia, seguir estrictamente la medicación recomendada, controlar la dieta, sobre todo los alimentos ricos en hidratos de carbono, controlar el peso evitando el sobrepeso y la obesidad, hacer ejercicio de forma regular y eliminar el tabaco.