Salud y medicina
¡Cuidado con la barriga! (y si no tiene, también)
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Una cintura superior a 88 cm. en mujeres y 102 cm. en hombres indica peligro (hay obesidad evidente). Si, además, tenemos en cuenta el perímetro de la pelvis, observaremos que algunas personas aparentemente delgadas tienen un exceso de grasa concentrada en la barriga. Son personas TOFI, tienen obesidad oculta.
¿Qué es ser TOFI?
TOFI (Thin Outside – Fat Inside) es un término médico que traducido significa “delgado por fuera – gordo por dentro” y es un indicador de obesidad oculta. Para saber si tenemos una concentración excesiva de grasa en la tripa, hay que calcular nuestro índice Perímetro abdominal – Cintura pelviana. Se obtiene dividiendo los centímetros de la cintura (a la altura del ombligo) por los centímetros del contorno de la pelvis (a nivel de la parte superior del hueso ilíaco). Si dicho valor es superior a 0,85 en mujeres, o a 1 en hombres, podemos tener obesidad central.
Pongamos ejemplos:
- Mujer con índice correcto/saludable:
cintura 80 cm. / perímetro pelvis 95 cm. = 0,84 (Saludable) - Mujer aparentemente delgada pero con grasa acumulada en el abdomen:
cintura 90 cm. / perímetro pelvis 95 cm. = 0,94 (TOFI) - Hombre con “barriguita”:
cintura 115 cm. / perímetro pelvis 105 cm. = 1,09 (TOFI)
Obesidad abdominal
La obesidad abdominal (ya sea evidente, ya sea oculta) multiplica las posibilidades de desarrollar una diabetes del adulto (tipo 2) y/o sufrir enfermedades cardiovasculares; entre otras, triplica el riesgo de sufrir un infarto. En Cataluña, el 27% de las mujeres y el 13,7% de los hombres tienen un perímetro de cintura que se considera excesivo. En España, en total, más de un 35% de la población.
La grasa que se concentra en el abdomen, a diferencia de la grasa localizada en otras partes del cuerpo, es más activa metabólicamente ya que se comporta como una glándula (es decir, presenta actividad endocrina), liberando unas sustancias llamadas citoquinas. Estas substancias alteran el metabolismo favoreciendo la aparición de resistencia a la insulina, lo que suele derivar en una diabetes tipo 2, dislipemias o alteración de lípidos, y lesiones de artereoesclerosis, que predisponen a sufrir enfermedades cardiovasculares.
Además de la tradicional clasificación de los factores de riesgo cardiovascular como son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, la alteración de los lípidos, el tabaquismo y el sedentarismo, se ha comprobado que la mal llamada “curva de la felicidad” es un factor de riesgo en sí mismo.
En efecto, se ha demostrado que el perímetro de cintura es un marcador clínico “independiente” que indica riesgo de diabetes y patología cardiovascular. Este nuevo parámetro debería figurar, desde la primera visita, en el historial clínico de todos los pacientes de atención primaria.
La clave es la prevención. Los expertos coinciden en que es necesario educar a la población en la importancia de vigilar los factores de riesgo cardiovascular y llevar un control médico. En el caso de las mujeres, dicho control se hace más necesario cuando aparece la menopausia, ya que es un momento crítico en el que hay una tendencia más acusada a acumular grasa en la cintura. Por lo tanto, cuando se tiene barriga es importante ser consciente de las posibles consecuencias para la salud y tomar las medidas oportunas.