Salud y medicina

Consejos para prevenir el cáncer de piel

evitar cáncer de piel

Las quemaduras solares y la exposición continuada a los rayos ultravioleta (UV) pueden aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer de piel. Ahora que llegan las vacaciones y que a casi todos nos gusta vernos bronceados, ¿qué consejos de prevención debemos seguir?

Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), sólo en los últimos cuatro años se ha producido un aumento del 38% en la aparición de cáncer de piel en España. Cada año se detectan unos 150.000 nuevos casos y se producen 600 muertes.

Aunque todos hemos oído hablar de esta enfermedad, quizás desconocemos muchos de sus aspectos, como por ejemplo que existen tres tipos principales de cáncer de piel:

  • Cáncer de piel de células basales (carcinomas de células basales)
  • Cáncer de piel de células escamosas (carcinomas de células escamosas)
  • Melanomas

Los carcinomas son los tipos más comunes y están muy relacionados con la exposición solar a la que ha estado sometida una persona, por lo que se detectan principalmente en la cabeza y el cuello. En comparación con los melanomas, tienen una menor probabilidad de extenderse a otras partes del cuerpo y representar una amenaza mortal. Aun así, es importante encontrarlos y tratarlos a tiempo.

El melanoma sin embargo, aunque es un tipo de cáncer menos común, puede ser mucho más grave. Tiene su origen en los melanocitos, las células que producen el pigmento marrón que da su color a la piel y que, de forma benigna, originan los lunares. Los melanomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más propensos a comenzar en ciertas áreas. En los hombres es más común que aparezcan en el pecho y espalda. En las mujeres es más frecuente que el melanoma se origine en las piernas, el cuello y el rostro. Si no se encuentra a tiempo, este tipo de cáncer de piel tiene una mayor probabilidad de extenderse a otras zonas del cuerpo, donde puede ser muy difícil de tratar.

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¿Cómo afecta la exposición solar en el cáncer de piel?

En general, los daños que sufre la piel están muy relacionados con la exposición contínua y sin protección a las radiaciones solares que llegan a la tierra durante todo el año, sobre todo los rayos UVB y UVA. Estos daños y el riesgo de cáncer de piel aumenta con dos factores

  • Las quemaduras solares: sobre todo a edades tempranas.
  • La exposición continuada al sol: los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel, que, con el tiempo, van perdiendo sus capacidades regeneradoras. Esto es lo que origina el envejecimiento de la piel y a la larga puede derivar en cáncer de piel.

No podemos olvidar un dato importante: los efectos del sol son acumulativos y empiezan a manifestarse tras, aproximadamente, 20 años de la exposición. Por tanto, las medidas de prevención más eficaces son la fotoprotección (desde la infancia y durante todo el año, pero mucho más en verano) y los controles dermatológicos periódicos.

La importancia de autoexploración

A la hora de identificar un posible carcinoma debemos estar atentos y acudir al dermatólogo si apreciamos alguna lesión nueva en la piel que crece o heridas que no se curan en 2-3 semanas y pueden sangrar.

La mejor herramienta para curar el melanoma es la detección precoz y la extirpación quirúrgica antes de que pueda haber hecho metástasis. Para hacer seguimiento nosotros mismos de alguna mancha sospechosa y descartar un melanoma, podemos poner en práctica la regla ABCDE (Asimetría, Bordes irregulares, Color abigarrado, Diámetro mayor de 6mm, Evolución o cambios de la lesión cutánea). Si apreciamos alguna mancha con estas características debemos acudir inmediatamente al especialista.

Consejos de prevención a la hora de la exposición solar

En las vacaciones todos pasamos mucho más tiempo al aire libre y expuestos al sol. Debemos tener cuidado e intentar evitar que nuestro deseo de tener una piel bronceada no nos ponga en peligro. Las medidas indicadas que debemos seguir son:

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  • No exponer excesivamente a los niños al sol, evitando la exposición total durante los 6 primeros meses de vida.
  • Evitar el sol en las horas centrales del día, especialmente de 12 a 16h. En general, debemos buscar la sombra.
  • Aplicar fotoprotección solar de forma abundante siempre 30 minutos antes de la exposición solar y cada 2 horas. La aplicación debe ser más frecuente si nos bañamos o sudamos. El factor de protección debe ser de 30 SPF durante todo el año y de al menos 50 SPF en verano. En este sentido debemos tener en cuenta que la mayoría de los protectores solares sólo protegen contra los rayos UVB. Para una mayor protección debemos optar por los de amplio espectro que protegen también contra los UVA. Puedes preguntar en la farmacia, donde te informarán de las características de cada uno.
  • Es esencial protegernos con sombrilla, ropa adecuada, sombrero, gafas de sol con protección UV… incluso cuando ya estamos morenos.
  • Cuidado en los días nublados y días de viento, porque aunque no veamos el sol, la radiación sigue presente y debemos protegernos igual.
  • Aumentar en nuestra dieta el consumo de betacarotenos y alfacarotenos (zanahoria, calabaza, tomate, espinacas, lechuga…), que son antioxidantes, disminuyen el daño solar e incrementan la melanina proporcionando un mayor bronceado con menos exposición.
  • Evitar siempre las máquinas de rayos UVA por su alta concentración de radiación. El uso de camas bronceadoras ha sido asociado a un mayor riesgo de desarrollo de melanoma, especialmente si se comenzó a usar estas camas antes de los 30 años de edad.

Así que toma nota y disfruta del verano con cabeza. Recuerda que los efectos negativos del sol son acumulativos y nos pueden pasar factura cuando menos lo esperamos.