Bienestar, Salud y medicina

Viruela del mono | Qué es, síntomas y tratamiento

Por Revista Interès Mutu - 13/04/23

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La viruela del mono es una enfermedad infecciosa de poca incidencia en los humanos, causada por el virus Monkeypox. Si bien es endémica en algunos países de África, en 2022 se detectaron varios casos en Europa, como en Reino Unido, donde se originó en un paciente procedente de Nigeria, y en España. En este artículo te contamos qué es, cuál es la sintomatología que presenta y su tratamiento.

¿Qué es la viruela del mono?

También conocida como varicela del mono o viruela del simio, esta enfermedad es causada por el MPXV. Fue descubierto en 1958, en unos primates que enfermaron durante un viaje desde Singapur hasta un centro de investigación en Dinamarca. Desde ese momento, se detectaron también varios casos en África central y occidental, en países como Liberia, Costa de Marfil, Camerún, Sierra Leona o Nigeria.

Como indicamos en la introducción, fue desde este último país desde donde parece que se importó la enfermedad a Europa en mayo de 2022. Si bien se expandió a otros países como España, las cifras se han mantenido muy bajas, por lo que no ha llegado a considerarse una epidemia. Aunque los casos ocuparon rápidamente portadas y cabeceras en periódicos y telediarios, desde 2003 se han detectado otros esporádicos. El número total de casos en noviembre de 2022 ascendía a 65 mil en todo el mundo, con Estados Unidos a la cabeza.

Puesto que el patógeno que causa la viruela del mono es de la misma familia que el virus que produce la viruela tradicional, la sintomatología es bastante similar. No obstante, no está de más recordar que esta enfermedad se declaró erradicada en 1980, tras un programa de vacunación masiva llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud.

Principales síntomas de esta enfermedad

Antes de hablar de los síntomas de la viruela del mono, es conveniente mencionar cómo se produce la infección. Para que esta tenga lugar, es necesario el contacto directo y prolongado entre una persona sana y otra que está infectada, o bien con un animal o un objeto que también lo están.

El patógeno puede introducirse en nuestro organismo a través de diferentes vías, como pueden ser la piel; las mucosas, que son los ojos, la nariz o la boca; el tracto respiratorio o los genitales. Por consiguiente, para que tenga lugar la infección debe haber un contacto cercano cara a cara que facilite el paso de partículas de saliva, como hablar y los besos y abrazos, o mantener relaciones sexuales, ya se trate de la vía oral, vaginal o anal. El contacto a través de sábanas, toallas o juguetes sexuales se considera bajo.

Una vez que se produce la infección, hay un período de incubación que oscila entre una y dos semanas, aunque puede alcanzar las tres. Superado este tiempo, aparecen los primeros síntomas de la infección, que si bien pueden llegar a ser graves, la enfermedad es letal en muy pocos casos, y suelen darse en las regiones más desfavorecidas sin acceso a tratamientos. Estos son los siguientes:

Fiebre.
Dolor de cabeza.
Dolores musculares y agotamiento.
Inflamación de los ganglios linfáticos.
Escalofríos.
Erupciones en la piel.

Las erupciones en la piel son el síntoma que facilita el diagnóstico de la viruela de la varicela del mono, dado que los demás son similares a los de cualquier infección vírica. Tienen cuatro estadios diferentes desde su aparición hasta la desaparición, y son la mácula, pápula, vesícula y pústula.

Puesto que el resto de los síntomas no tienen porqué aparecer, el sarpullido es la vía más eficaz para identificar qué se trata de este tipo de enfermedad. Sin embargo, al estar también presente en la viruela tradicional y la varicela, un PCR será la prueba que se tendrá que llevar a cabo para confirmarlo. La muestra se obtiene de las lesiones y en ella se amplifica el ADN del virus para su identificación.

Tratamiento

Esta enfermedad no cuenta aún con un tratamiento que sea eficaz para la cura. Al tratarse de un virus, y tal y como sucede con el resto de patologías de este tipo, es el sistema inmunitario el que debe hacer frente a la enfermedad para superarla. La medicación que se utiliza tiene como única finalidad paliar la sintomatología. Es decir, reducir la gravedad de estos.

En la actualidad, los que se emplean son el tecovirimat, aprobado por la FDA, y otros como el cidofovir y brincidofovir, que se basan en el mismo principio. En cualquier caso, se requiere de más investigación científica para confirmar su eficacia, dado que por ahora se trata de ensayos experimentales.

La vacuna antivariólica que se empleó hace décadas es capaz de prevenir la infección hasta en un 85%. Pero tal y como indicamos, al haberse erradicado la enfermedad de la viruela, la vacuna ya no se encuentra disponible. Esto significa que la única vía para no contagiarse es la prevención.

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