Hábitos Saludables, Vida Sana

¿Vale la pena fumar?

Esta es la pregunta del millón: ¿Vale la pena fumar? ¿Tiene algún sentido? La respuesta es evidente: no. ¿Qué nos proporciona? ¿Un extra de dopamina? ¿Bienestar? ¿Placer…? ¿A qué precio?

Todo el mundo sabe que hay razones más que suficientes para no fumar pero, aún así, dejarlo no resulta fácil. Para “renunciar” hay que estar muy convencido. Si usted se está planteando abandonar uno de los hábitos más nocivos y más absurdos que existen, cualquier momento para hacerlo es el adecuado ¡enhorabuena! Le recomendamos, para tener éxito en su determinación, ponerse en manos de un médico y diseñar un plan de acción debidamente pensado para su caso particular. Piense que la adicción a la nicotina es una enfermedad crónica y, como tal, debe tratarse con el especialista.

Esta comprobado que dejar el tabaco por uno mismo es menos efectivo que ponerse en manos de un médico. Solamente un 10% de quienes lo intentan sin ayuda logran su propósito, mientras que el porcentaje de éxito se eleva hasta el 60% cuando se hace con seguimiento médico.

Los métodos para dejar de fumar son muy variados: fuerza de voluntad pura, parches de nicotina, chicles, acupuntura, apoyo psicológico, farmacológicos, como el bupropion, un antidepresivo, o la vareniclina, un nuevo medicamento no nicotínico que estimula la liberación de dopamina en el cerebro para reducir el deseo de consumir, al tiempo que bloquea los efectos reforzantes de la nicotina. En cualquier caso, es el consejo del médico en función de las características específicas de cada fumador (cantidad de cigarros que se consumen al día, edad, sexo, años de adicción, etc.) lo que determinará el método más adecuado en cada caso.

Cigarrillos cada vez más adictivos

Los órganos que están expuestos de manera directa al humo se pueden ver afectados porque algunos productos cancerígenos del tabaco son absorbidos por la sangre y transportados por todo el cuerpo. El cigarrillo contiene aproximadamente 4,000 substancias químicas, de las cuales se ha demostrado que 50 son cancerígenas. Pero, además, según un informe elaborado por el Departamento de Sanidad de EEUU, los nuevos cigarrillos están diseñados para ser aún más adictivos. Las boquillas, recoge el informe, distribuyen la nicotina de manera más rápida y eficiente y ahora, además, se añade más amoniaco, lo que contribuye a que la nicotina llegue antes al cerebro. El informe asegura también que los filtros se perforan para que el humo llegue profundamente a los pulmones. El comportamiento de esta industria está únicamente destinado a incrementar las ventas, ventas que, además, según vaticina la OMS, serán muy buenas en los próximos años.

Enfermedades que podemos evitar

Aunque la fuerte adicción del fumador le vuelve casi inmune ante cualquier dato sobre las enfermedades que provoca el tabaco y la cantidad de muertes que causa (140 diarias, solamente en España), existen razones médicas de peso que deben recordarse y en las que hay que insistir para concienciar a la población afectada.

Las enfermedades provocadas directamente por el consumo de tabaco son las siguientes:

  • Cáncer de pulmón. Se diagnostican 20,000 casos al año en España. Es el más frecuente en los hombres y se prevé un aumento considerable en mujeres, hasta el punto que se convertirá en el causante de más muertes, por delante del cáncer de mama. El índice de supervivencia no supera el 15%.
  • EPOC. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) incluye dos patologías: la bronquitis y el enfisema pulmonar. Es una enfermedad crónica del pulmón y sus síntomas más frecuentes son tos y sensación de falta de aire (disnea) al caminar. Su diagnóstico precisa medir la capacidad respiratoria del individuo mediante una espirometría.
  • Cáncer de laringe. El contacto continuado del humo del tabaco cuando se inhala con la laringe eleva el riesgo de sufrir cáncer porque se interrumpe la autolimpieza bronquial. La laringe es la encargada, entre otras funciones, de la fonación.
  • Infarto de miocardio. El riesgo de sufrir un infarto se triplica en el caso de los fumadores. El tabaco favorece la aparición de rigidez en la pared arterial y el depósito de substancias que provocarán el infarto.

Enfermedades que el tabaco contribuye a desarrollar y a agravar:

  • Neumológicas (asma, pulmonía, tos crónica, aumento de la expectoración, ruidos respiratorios)
  • Oncológicas (cáncer de boca, labios, lengua, esófago, faringe, tráquea, mama, páncreas, colon, cuello de útero, pene, riñón, vejiga y, por descontado, cáncer de pulmón)
  • Cardiovasculares (trombosis cerebral, enfermedad arterial periférica, trombosis venosa, arritmias y, por descontado, cardiopatías isquémicas)
  • Hipotiroidismo
  • Diabetes
  • Cirrosis
  • Parkinson
  • Osteoporosis
  • Psoriasis
  • Gingivitis
  • Periodontitis
  • Cataratas
  • Otitis
  • Úlcera

Otros efectos del tabaco en la salud:

  • En embarazos, niños con menor peso al nacer. Más probabilidad de partos prematuros y abortos. Puede afectar al crecimiento y desarrollo físico y mental del niño a medio y largo plazo.
  • Envejecimiento prematuro. La piel se reseca y surgen arrugas antes de tiempo.
  • Impotencia. Los problemas cardiovasculares provocados por el tabaco pueden originar disfunción eréctil.
  • Estomatitis del fumador. Pueden aparecer pequeños nódulos blancos en el paladar.
  • Cambios en la coloración de los dientes, que se vuelven amarillos o grisáceos.
  • Halitosis.
  • Alteraciones del gusto y del olfato.
  • Enlentecimiento del proceso de cicatrización de las heridas.
  • Alteración de la cantidad y la calidad del sueño.
  • Anticipo de la menopausia.

Dejar de fumar: Beneficios inmediatos

Los beneficios para la salud después de dejar el tabaco son inmediatos. La calidad de vida del ex fumador aumenta rápidamente. Los pulmones comienzan a funcionar mejor después de 72 horas y cuando han pasado de 1 a 3 meses, aumenta la capacidad física y respiratoria. Además, se recuperan sentidos que se habían olvidado. Tan sólo después de 48 horas del último cigarrillo se restauran las terminaciones nerviosas del gusto y del olfato. La estomatitis desaparece a las pocas semanas, el mal aliento mejora y los dientes recuperan su color natural. La piel recupera su luminosidad, el cabello se vuelve más bonito, la tos crónica desaparece. El bienestar general es mejor.

Consulte a su médico de cabecera o concierte una visita con su neumólogo. El Centro Médico MGC cuenta con especialistas que le ayudarán a abandonar el hábito con un programa de deshabituación tabáquica personalizado. Llámenos y le informaremos (93 414 36 00)