Salud y medicina

Mal aliento: 7 cosas que pueden causarlo

El mal aliento, o halitosis en términos médicos, puede ser un problema con consecuencias personales, en el plano social, aunque, en algunos casos, no es sino una obsesión que, llevada al extremo, se llama halitofobia, definida como el miedo a tener mal aliento cuando en realidad no es el caso.

Estos casos aparte, se estima que hasta un 25% de la población tiene regularmente este trastorno. A continuación, enumeramos las causas más frecuentes, y qué puedes hacer para evitarlo.

Cómo comprobar si te huele el aliento

Hay un test muy simple. Lámete el dorso de la mano y deja que se seque. Huélela: si detectas algún olor irregular, el aliento puede también oler así y puedes tener halitosis. Otro signo es si tienes la lengua con una especie de recubrimiento de aspecto acolchado y de color blanquecino.

Pero para salir de dudas (mejor no preguntar a un amigo…) existe un test que hacen los dentistas mediante un dispositivo llamado halímetro.

¿Por qué huele mal el aliento? Causas del mal aliento

Generalmente, existen siete factores que pueden ser el porqué del mal aliento:

1. Mala higiene bucal

Probablemente la causa más frecuente del mal aliento, que procede de exceso de bacterias en la cavidad bucal. Estas bacterias descomponen los restos de comida, produciendo compuestos de azufre, que huelen como a huevos podridos.

Qué puedes hacer: Sé más prolijo con la higiene dental. Lávate los dientes y enjuágate la boca al menos dos veces al día, y cuida especialmente que la lengua esté limpia (sobre todo en la parte trasera), que es donde las bacterias tienden a acumularse. Si llevas prótesis dental (dentadura postiza), no la limpias a conciencia o si no ajusta bien, también puede ser donde las bacterias se acumulan. Acude al dentista y al higienista dental cada seis meses, como un chequeo semestral.

2. Platos muy aromáticos

Por ejemplo, el ajo causa un aliento muy intenso. Y no es porque haya restos en la boca (que puede haberse cepillado a fondo), sino porque los compuestos químicos residuales de la digestión del ajo se liberan en la sangre y se expulsan por los pulmones. Las cebollas, las cebolletas, los puerros, todos “primos” del ajo, pueden tener efectos análogos.

Qué puedes hacer: Poco se puede hacer para evitarlo, pero la moraleja es evitar comerlos cuando tengas algún tipo de evento, como una cita o una entrevista de trabajo. Puede ayudar un buen lavado, pero con la digestión aparecerá el olor. Puedes también tomarte un vaso de leche, que podría neutralizar esos componentes causantes del mal olor.

3. Boca seca

El mecanismo del cuerpo para eliminar las bacterias y ayudar a mantener la boca limpia es la saliva. Es frecuente tener mal aliento al levantarte, pues durante el sueño la producción de saliva disminuye. Es peor en quienes duermen con la boca abierta, lo que –no se sabe por qué– es más frecuente en mujeres que en hombres. Algunos medicamentos también pueden producir sequedad bucal.

Qué puedes hacer: Bebe mucha agua, que ayudará a mantener la boca hidratada. También puedes comer fruta y verduras crudas, que incrementarán la producción de saliva. Enjuágate la boca entre las comidas, pero con un colutorio que no contenga alcohol, pues te podría secar la boca y sería peor el remedio que la enfermedad.

4. Reflujo

Como es sabido, se habla de reflujo (a secas o más concretamente reflujo gastro-esofágico) cuando la comida sale del estómago en dirección contraria, es decir, vuelve al esófago. No está claro el porqué, ni la asociación entre reflujo y mal aliento no pasa de ser eso, una asociación sin relación causal. Pero se da en muchos casos.

Qué puedes hacer: Controlar el reflujo, que es un paso más para prevenir el mal aliento. Los desencadenantes habituales del reflujo suelen ser el café, las bebidas carbonatadas, el chocolate, el limón, el alcohol y las comidas grasas o pesadas, sobre todo antes de acostarte.

5. Dietas sin hidratos de carbono

Las dietas muy restrictivas con los hidratos pueden causar un aliento que huele a acetona (hay quien lo describe como olor a fruta podrida), pues el cuerpo, al quemar fundamentalmente grasas -a falta de carbohidratos- produce compuestos cetónicos. De esta forma, una alimentación baja en hidratos de carbono puede ser otra de las principales causas de la aparición del mal aliento.

Qué puedes hacer: Replantearte una dieta así de restrictiva. La dieta recomendada supone que el 55% de las calorías provengan de los hidratos de carbono, y suprimir uno de los nutrientes básicos (los otros dos: grasas y proteínas) no es recomendable. Antes de emprender una dieta restrictiva deberías informarte con un profesional en nutrición.

6. Exceso de alcohol

El exceso del alcohol es otra causa de la aparición del mal aliento. Cuando bebes, el alcohol pasa a la sangre y se libera del organismo con la respiración, en los pulmones: eso es lo que hacen los temidos alcoholímetros. Por eso un cepillado de dientes o un enjuague no servirá para nada, pues el olor no viene de la boca. Además, el exceso de alcohol seca la boca, lo que a su vez es una causa adicional de mal aliento.

Qué puedes hacer: Evita beber en ayunas, y come mientras bebes, de modo que se ralentice la absorción del alcohol. Bebe un vaso de agua entre copa y copa, de modo que evites la indeseable deshidratación producida por el alcohol.

7. Problemas nasales

Las rinitis alérgicas o si tienes exceso de flemas o de flujo nasal, pueden producir malos olores en la boca.

Qué puedes hacer: Intenta solucionar el problema nasal, y posiblemente se reduzca el mal aliento. Beber agua con regularidad puede ayudar a reducir el goteo nasal. Prueba también a reducir la ingesta de alimentos que produzcan flemas, como los lácteos.

¿Qué hacer si te huele mal el aliento? Algunos consejos para evitarlo

Si presentas mal aliento y te preguntas qué hacer ante esta situación, a continuación te proponemos algunas recomendaciones que pueden serte de ayuda. ¡Prueba estos trucos!

Masca hojas de perejil o de menta

Se trata de un remedio casero, pero las sustancias con las que cuentan pueden ayudarte a refrescar tu aliento. Lo único que debes hacer es coger algunas ramitas de perejil o de menta tras la comida y masticarlas. La clorofila será la encargada de eliminar el mal olor.

Si lo prefieres, también puedes hervir agua y echar perejil y clavos de olor. Cuélalo y realiza enjuagues con el agua. Otra opción son los chicles, pero además de azúcar o edulcorantes perjudiciales para la salud, también pueden tener efectos laxantes si se abusa de ellos.

Aumenta la ingesta de fruta y verdura

Elevar el consumo de frutas y verduras a lo largo del día no solo es muy beneficioso para tu salud a nivel general, sino que además favorece la producción de saliva, lo que hará que esta pueda mantener la acumulación de bacterias y hongos en la boca. Pero, ¡ojo!, que esto no sustituye a la correcta higiene bucal.

Consulta con un médico

Si has probado los trucos anteriores, pero además de no poder corregir el problema, presentas otros síntomas digestivos como estreñimiento, flatulencias o hinchazón, es posible que tengas un desequilibrio bacteriano en los intestinos y que sea este el responsable del mal aliento. Para ponerle solución tendrás que visitar a tu médico de confianza.

¿Cómo prevenir el mal aliento?

Aunque, como hemos visto, existes diferentes remedios para poner fin al mal aliento, la mejor arma que tienes a tu alcance es la prevención. La halitosis no solo puede resultar incómoda para quien la padece, sino que se puede convertir en un problema que llegue a dificultar las relaciones sociales. Pero, ¿cómo puedes prevenir el mal aliento? ¡Aquí te dejamos algunos consejos!

Mantén una higiene bucal adecuada

Para mantener una correcta higiene en la cavidad bucal, debes cepillarte los dientes después de cada comida. Si te encuentras fuera de casa y no dispones de tu cepillo, puedes optar por comerte una manzana a bocados, ya que es muy eficaz para higienizar tu boca.

Pero además del cepillado, no olvides hacerlo también con la lengua. Las bacterias se acumulan en cada rincón; por eso, es imprescindible cepillar cada una de las caras de los dientes, así como la lengua.

Incluye hilo dental

En función de la forma y la colocación de tus dientes, pueden formarse huecos o quedar zonas con un difícil acceso para tu cepillo. La solución ante esta problemática es usar hilo dental. Así te asegurarás de que no se acumulan restos en ningún punto, que con el paso del tiempo, pueden provocar mal olor e incluso sangrado de las encías.

Limpia la dentadura o los aparatos

Si usas dentadura postiza o una funda dental, así como si llevas un aparato correcto de dientes fijo, debes asegurarte también de que los cepillas correctamente y de que quedan limpios. De no ser así, la acumulación de microbios provocaría mal olor.

Renueva tu cepillo

El cepillo de dientes tiene una vida limitada. Asegúrate de cambiarlo cada varios meses o cuando veas que no presenta buen aspecto o que las cerdas están muy desgastadas. También puedes optar por opciones como el bambú, que además de ser ecológicos y durar más tiempo, no favorecen la acumulación de bacterias y otros microorganismos.

Ingiere más frutas y verduras

Como ya dijimos, el consumo regular de fruta y verdura puede ayudarte a corregir el mal aliento al favorecer la producción de saliva. ¡Pero no es necesario esperar a que este aparezca! Inclúyelas a diario en tu dieta, ya sea de forma directa o en zumos y mejorarás tu estado de salud, así como tu higiene bucal.