Alimentación y Nutrición

Dieta Paleo: Todo lo que necesitas saber

La dieta Paleo se ideó con la intención de emular a nuestros más remotos antepasados, allá por el Paleolítico, y es una dieta rica en proteínas y fibra y que evita por completo los alimentos procesados. Pero no sólo: también prohíbe el café, los cereales y los lácteos, centrándose en lo que nuestros ancestros comían: lo que cazaban y las frutas y verduras que tenían a su alcance.

Sus defensores alegan que nuestra genética sigue siendo la misma que hace 10.000 años y que adoptar los hábitos dietéticos de los prehistóricos es bueno para nuestra salud.

Por otra parte, hay investigaciones que aseveran que tanto nuestros cuerpos como los de los animales, así como las plantas que comemos han evolucionado con el tiempo.

La pregunta: ¿La dieta Paleo es el secreto de la nutrición perfecta o es peligrosamente obsoleta? Vamos a ver sus pros y sus contras.

Qué es la dieta Paleo

La dieta Paleo es un plan de alimentación basado en los alimentos de que se disponía antes de la agricultura industrial. Permite comer, por tanto, lo que se supone que nuestros abuelos comían en el Paleolítico, período de tiempo comprendido entre 2,5 millones y 10.000 años atrás.

Estrictamente, está compuesta exclusivamente por lo que puede cazarse o recolectarse: carne, huevos, fruta, verduras, raíces y frutos secos. Excluye todo tipo de alimentos procesados incluidos cereales, legumbres, aceites procesados, sal, alcohol, café azúcar, endulzantes y lácteos (los animales no fueron domésticos hasta después del Paleolítico).

Sus defensores sugieren elegir siempre los alimentos orgánicos cuando sea posible y carnes y huevos de animales criados ecológicamente, alimentados con pastos y productos naturales. Hay defensores estrictos de las reglas establecidas, mientras que hay quien opina que debe tomarse como una guía, y no ceñirse tan estrictamente a un plan.

Qué se come en la dieta Paleo

Depende de la “facción” de la dieta que elijas. Cuando el gastroenterólogo Dr. Walter Voegtlin escribió su libro “La dieta de la edad de piedra”, en 1975, propuso una dieta basada en carne y con bajas proporciones de verduras y alimentos ricos en almidón.

Más recientemente, el Dr. Loren Cordain, de la Colorado State University, publicó su libro (The Paleo Diet) y enfatizó que los alimentos aprobados en la dieta eran los siguientes:

  • Verduras frescas: pimientos, brécol, zanahorias, ajo, cebolla, patatas, etc.
  • Fruta: Manzanas, aguacates, fresas, frambuesas y arándanos, limones, limas, melón, sandías, etc.
  • Productos animales: Buey y ternera (alimentados con pastos), pollo (de alimentación igualmente natural), caza, pescados, moluscos y crustáceos, huevos, etc.
  • Frutos secos y semillas: Almendras, avellanas, anacardos, pistachos, piñones, etc.
  • Aceites “sanos” y vinagres: Aceite de oliva, de coco, de aguacate, vinagres balsámico y de vinos blanco y tinto, etc.
  • Hierbas y especias: Albahaca, romero, eneldo, jengibre, canela, vainilla, chocolate negro, etc.
  • Bebidas: Leche de almendra, de coco, té, zumos de fruta recién exprimidos, cerveza sin gluten, vino
  • Alimentos envasados: Caldo, tomate en lata, frutas y verduras congeladas, etc.  

La polémica

Desde el primer momento la dieta Paleo ha generado controversia. Como primera medida, no todos los humanos del Paleolítico ingerían la misma dieta, según se cuenta en Human Diet: Its Origin and Evolution, de la dra. Katharine Milton. Es más, no sabemos qué comieron en ningún momento en el tiempo.

Incluso las tribus actuales cazadoras-recolectadoras existentes hoy siguen dietas muy dispares. Los Inuits, por ejemplo, que viven en el Ártico, comen principalmente mamíferos marinos, pájaros, mamíferos terrestres y pescado, dado que la vegetación allí está limitada a líquenes y musgos. Y los Hadza, que habitan en el norte de Tanzania, ingieren el 70% de sus calorías de las plantas.

Además, el perfil nutricional de casi todos los animales y plantas modernos (o sea, domesticados o cultivados) es drásticamente diferente del de sus antecesores. Las vacas se han seleccionado para proporcionar la mayor cantidad de carne o de leche. Las almendras silvestres contienen un nivel potencialmente fatal de cianuro. En el paleolítico no existían el brécol, las coles, las coliflores…

La esperanza de vida era muy baja entonces. Pero los que vivían más no eran inmunes a la enfermedad. El estudio de 147 momias de todas partes del mundo, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City, mostró señales de aterosclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las arterias, lo que se considera una enfermedad del estilo moderno de vida) en más de una tercera parte de ellas.

Qué le hace a tu cuerpo la dieta Paleo

La dieta Paleo se promociona como una forma de mejorar la salud. Sus defensores aducen que el hombre moderno no se ha adaptado a los cambios provocados por la agricultura, y debemos a esa inadaptación la mayor incidencia de enfermedades crónicas. Si bien es falso que nuestra digestión no ha cambiado (hemos desarrollado una tolerancia a la lactosa en los lácteos, por ejemplo), comer menos alimentos procesados, azúcar y sal está en la línea de las mejores prácticas alimenticias.

Al no consumir comidas procesadas, ingerimos menos grasas saturadas, sal y azúcar, lo que ayuda a disminuir el riesgo de problemas graves, como el ictus o el ataque al corazón. Sin olvidar que esos alimentos suelen contener elevadas calorías y escasos nutrientes, de modo que suprimirlos es doblemente beneficioso para nuestra salud.

Sin embargo, a la vez que suprime los alimentos procesados suprime también un nutriente esencial, que constituyen los hidratos. Los hombres de las cavernas vivían mucho menos que lo que lo hacemos nosotros, hoy día. Esta dieta puede ser buena para adelgazar, pero no está equilibrada. Perder peso también puede hacerse con un régimen equilibrado, que contenga cosas como garbanzos, lácteos y cereales integrales.

Los inconvenientes de la dieta Paleo

Si estás planteándote seguir la dieta Paleo, habla antes con tu médico de familia o con un especialista en nutrición, pues algunos elementos del plan nutricional pueden ser nocivos para tu salud:

  • Puede ser rica en grasas saturadas: Comer con moderación alimentos como carne, pescado, huevos y frutos secos puede ser beneficioso. Pero ingerirlos en abundancia puede suponer un exceso de grasas saturadas que, con el tiempo, pueden dañar los riñones y añadir presión al corazón.
  • La dieta Paleo es restrictiva: Puede ser difícil de seguir a largo plazo, y requiere cierta preparación. Muchos seguidores de la dieta reportan baja energía, mal aliento y problemas digestivos, lo que complica aún más seguirla.
  • Puede generar deficiencias nutricionales: Suprimir los lácteos y los cereales integrales es suprimir buenas fuentes de fibra, calcio y vitamina D. Esto va en detrimento de tu salud a largo plazo, dada la importancia de la vitamina D y el calcio para la salud cardíaca, los huesos y el sistema nervioso.