Hábitos Saludables, Vida Sana
Consejos para cuidar la salud familiar en verano
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El verano es una época fantástica para romper con la rutina y disfrutar en familia del sol, el mar y la piscina, las actividades al aire libre y los viajes. Sin embargo, los cambios de hábitos de esta estación, el calor y los desplazamientos pueden plantear situaciones que afecten a nuestra salud y ante las cuales debemos estar bien preparados. Contar con la cobertura de un seguro de salud puede ayudarnos a afrontar cualquier problema médico que pueda surgir en la familia durante el verano y las vacaciones, sobre todo si viajamos con niños.
Es importante, siempre que nos desplazamos, tener situados los centros de atención sanitaria próximos al lugar dónde vamos y comprobar que nuestro seguro de salud nos ofrece cobertura fuera del territorio nacional, en el caso de que viajemos al extranjero. También hay que tener en cuenta que las fechas estivales suponen una disminución del horario o del personal en los centros ambulatorios, o que puede existir una saturación en destinos turísticos populares, lo que implica que puede que no recibamos la asistencia esperada, sobre todo en caso de una urgencia. Por tanto, como complemento a la sanidad pública, es conveniente contar con un seguro de salud adaptado a nuestras necesidades que nos responda en los momentos en los que más lo necesitamos.
Viajemos al extranjero, por el territorio nacional, o si pasamos el verano en nuestra zona habitual, ¿cuales son los riesgos para la salud más comunes y qué recomendaciones debemos seguir?
Atención a las altas temperaturas
La exposición prolongada al sol y a las altas temperaturas, el ejercicio físico en horas de mucho calor y no beber lo suficiente son factores que pueden ocasionar insolaciones, deshidratación e incluso los temidos golpes de calor, que pueden presentarse con síntomas como mareos, pulso acelerado, piel enrojecida y seca, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, respiración agitada, fiebre y desmayos. Recuerda que el golpe de calor debe tratarse inmediatamente en urgencias, porque puede tener consecuencias graves.
Para prevenir estas situaciones es recomendable evitar exponerse al sol o hacer ejercicio en las horas de más calor (de las 12 a las 16 h). También se debe aumentar el consumo de líquidos y de los alimentos que contienen más agua (frutas, verduras), procurar no hacer comidas copiosas y protegerse bien con sombrero y gafas de sol, prendas ligeras e intentar caminar por la sombra o protegerse bajo una sombrilla.
Hay que prestar especial atención a la correcta hidratación de los niños y los ancianos, ya que su centro termorregulador cerebral no está aún desarrollado en los más pequeños y se encuentra deteriorado en los mayores.
Cuidado con la alimentación
Durante el verano, sobre todo si viajamos, nuestros hábitos alimenticios suelen cambiar: variamos el tipo de alimentos que consumimos, los horarios, las cantidades y comemos más fuera de casa, donde no tenemos tanto control sobre la correcta manipulación de los alimentos. Por este motivo, son comunes los trastornos digestivos como la gastroenteritis, los cortes de digestión y las intoxicaciones alimentarias.
Para evitar riesgos, es recomendable tomar algunas precauciones como tener cuidado con los alimentos propensos a estropearse con el calor, vigilar las fechas de caducidad y la temperatura, respetar la cadena de frío, cocinar bien carnes y pescados y lavar muy bien las frutas y verduras, e incluso extremar la higiene en los utensilios de cocina. Si comemos fuera de casa debemos prestar mucha atención a los alimentos sensibles al calor (mayonesa, lácteos y huevo), a las verduras y hortalizas frescas y al marisco.
También debemos recordar que los cortes de digestión se producen por cambios bruscos de la temperatura corporal tras una comida abundante (para regularse, el organismo utiliza los recursos necesarios, como los que utilizamos para hacer la digestión), por lo que, si queremos prevenirlos, debemos esperar un poco antes de bañarnos tras las comidas o entrar en el agua poco a poco, para dar tiempo a que el cuerpo se aclimate al cambio de temperatura.
Ojo con el sol
En verano pasamos mucho tiempo al aire libre, de manera que nos exponemos más a la radiación solar. Además, la costumbre de tomar el sol en playas y piscinas persiguiendo el tan deseado bronceado hace que, muchas veces, nos expongamos de manera excesiva a los rayos ultravioleta. Las consecuencias más comunes, a corto plazo, suelen ser las quemaduras solares. Y, a largo plazo, una sobreexposición solar puede derivar en problemas importantes de piel, como el cáncer de piel. Además, cuando estamos cerca de la orilla del mar o en la piscina los rayos solares reflejados en el agua pueden ocasionar lesiones oculares.
Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, utilizar abundante protección solar con un FPS alto, aplicándola de forma frecuente, y protegerse con sombrero y gafas de sol son medidas que debemos poner en práctica para evitar las consecuencias del exceso de sol. Sobre todo en los más pequeños, que tienen la piel muy sensible.
Atención en la piscina y en la playa
Son los imprescindibles en verano y los preferidos de los niños. Disfrutar de un buen remojón, si no se toman las precauciones debidas, también puede tener consecuencias para la salud. Aunque las más graves son los ahogamientos, los baños prolongados y el exceso de humedad pueden ocasionar otitis. micosis, hongos y otras infecciones.
Por ello tenemos que tener siempre a la vista a los niños pequeños, que deben utilizar flotadores o chalecos. También debemos evitar bañarnos cuando las condiciones del mar no son las adecuadas y respetar siempre las normas de seguridad indicadas. Para prevenir la otitis podemos utilizar tapones o secar muy bien las orejas al salir de agua, y para evitar los hongos debemos secar muy bien los pies, sobre todo entre los dedos, para eliminar en lo posible la humedad. Tampoco debemos dejar mucho tiempo el bañador mojado, ya que se pueden favorecer las infecciones urinarias.
Un seguro de salud como el de Mútua General de Catalunya te ofrece la cobertura necesaria para cuidar la salud de la familia en verano
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Y es que, para tratar los problemas salud concretos del verano, un seguro médico nos permite solicitar directamente una cita con el especialista que elijamos, sin necesidad de pasar por el médico de cabecera, por lo que ante cualquier imprevisto podemos visitarnos rápidamente con un dermatólogo, un otorrino, un digestólogo, un oftalmólogo…
Además, por el simple hecho de tener contratado un seguro de asistencia sanitaria de la Mútua, dispones de la cobertura de Asistencia en Viaje, con validez en todo el mundo y en España, a partir de 30 Km de tu residencia habitual, que garantiza:
- Gastos de asistencia médica de urgencias (farmacia incluida) hasta 12.000 €.
- Gastos de asistencia odontológica de urgencias en el extranjero hasta 120,20 €.
- Transporte y repatriación sanitaria en caso de accidente o enfermedad.
- Retorno anticipado en caso de muerte de un familiar o de siniestro en el domicilio.
- Billete de ida y vuelta de un familiar en caso de hospitalización prolongada.
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