Sexualidad, Vida de Pareja
7 anticonceptivos no hormonales que deberías conocer
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Las hormonas juegan papeles muy importantes en las funciones corporales e influyen en el estado de ánimo, el comportamiento y, por supuesto, en la vida sexual. Por eso, debe actuarse con cautela en lo referente a ellas, pues un posible descontrol hormonal puede tener un impacto insospechadamente importante en la vida diaria. Y las píldoras (de todo tipo) funcionan a base de hormonas.
Esta es una de las causas de que aumente el número de mujeres que usan métodos anticonceptivos no hormonales, como forma de evitar el embarazo sin alterar el equilibrio hormonal propio. La otra, al menos igual de importante, es prevenir el contagio de las temibles ETS o enfermedades de transmisión sexual.
Preservativos masculinos
Probablemente el método anticonceptivo más popular en todo el mundo, los populares condones son unas “fundas” de látex que recubren el pene durante el sexo.
Pros y contras:
Son baratos y fáciles de usar y sólo se necesitan en el momento del sexo. Previenen tanto el embarazo como el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Los venden en todas partes: desde máquinas dispensadoras a las puertas de las farmacias, a los supermercados o los cuartos de baños de bares de copas. Los hay de diferentes formas, texturas, colores y hasta sabores, lo que puede añadir cierta diversión al sexo.
Además, es el único anticonceptivo que puede usar el hombre para controlar su propia fertilidad. Pero también tiene desventajas: Existe la alergia al látex, el material con que generalmente se fabrica. No es frecuente, pero si uno de los dos es alérgico hay que recurrir a preservativos sin látex, elaborados a base de poliuretano. Otro inconveniente es que pueden deslizarse del pene y, si sucede esto, para evitar cualquier preocupación habría que recurrir a anticoncepción de emergencia.
Preservativos femeninos
Son similares a los masculinos, pero en lugar de recubrir el pene, se introducen dentro de la vagina.
Pros y contras:
Como los masculinos, los preservativos femeninos también previenen las ETS y el embarazo, y se pueden colocar hasta ocho horas antes del sexo. Si no se usan adecuadamente, el condón femenino puede deslizarse o verse empujado hacia la vagina; si esto sucede, habría que pensar también en anticoncepción de emergencia.
Además, es necesario asegurarse de que el pene se coloca dentro del condón, y no entre él y la vagina, lo cual puede suceder inadvertidamente. No hay tanta disponibilidad de preservativos femeninos, y puede ser difícil encontrarlos fuera de las farmacias. Además, son más caros.
Hace unos pocos años, el Ministerio de Sanidad emprendió una campaña para promocionar el uso del preservativo femenino, como una manera de aumentar la autonomía femenina en el control de su sexualidad. Con todo, se usa relativamente poco: se estima que apenas un1% de las mujeres.
Los dispositivos intrauterinos (DIU)
Los DIU son unos dispositivos en forma de T, de plástico, que contienen cobre y que se introducen en el interior del útero. Su función es evitar la implantación del huevo en el útero. La colocación, en España, corre hoy por hoy a cargo del ginecólogo, aunque hay estudios que avalan su colocación por enfermeras expertas.
Pros y contras:
Los DIU se suelen recomendar a mujeres que no pueden usar anticonceptivos hormonales, como la píldora, el implante hormonal, etc. Proporcionan una solución a largo plazo, pues puede permanecer colocado hasta diez años (dependiendo del tipo elegido). No interfieren con la fertilidad, ni con la vida sexual y tienen la ventaja de que no hay que recordar tomar una píldora diaria para que funcionen.
Los efectos de los DIU no se ven afectados por el estado de salud o por otras medicinas, como sucede con otros métodos. Pero en cambio no protegen frente a las ETS y las reglas pueden ser más duras, dolorosas y largas.
También tienen ciertos riesgos, aunque poco probables. Durante la inserción puede contraerse alguna infección, pueden descolocarse o desplazarse y hay una pequeña probabilidad de que perforen el útero. En caso de embarazo con un DIU puesto, existe el riesgo de que se produzca un embarazo ectópico.
Diafragmas
Los diafragmas son dispositivos de forma de disco o semiesfera que se colocan en el cuello del útero y que impiden la entrada de los espermatozoides. La máxima eficiencia se obtiene usándolos conjuntamente con espermicidas.
Pros y contras:
Se pueden colocar antes del sexo, de modo que no interfieren en el momento (si el sexo tiene lugar más de tres horas después de la colocación hay que añadir espermicida extra). No se ven afectados por las medicinas que puedas estar tomando y, a su vez, no afectan al ciclo menstrual. Pero no se recomienda usarlos durante la regla.
El lado malo es que no protegen contra las ETS (como tampoco lo hacen los demás métodos, salvo los preservativos) y no son tan efectivos en la prevención del embarazo: entre el 92 y el 96% de efectividad, en comparación con el 98% del condón masculino, por ejemplo.
Acostumbrarse a su uso y sentirse segura con ellos puede llevar algo de tiempo. Algunas mujeres contraen cistitis cuando los usan: habla con tu médico si necesitas algún consejo adicional.
Esponjas
Son lo que su nombre indica: una esponja que contiene espermicida y que se coloca en el interior de la vagina. Es de un único uso y no se puede llevar más de 30 horas seguidas.
Pros y contras:
Tienen doble efecto: por un lado, el espermicida debilita a los espermatozoides e impide que avancen hacia el óvulo y, de otro, la esponja tapa el cuello uterino, lo que acaba de bloquear a los espermatozoides (si consiguen llegar allí). Son fáciles de usar, pero requieren cierto grado de preparación, puesto que hay que humedecer la esponja para activar el espermicida e introducirla después todo lo lejos que puedas sin sentirte incómoda. Hay que dejarla en la vagina al menos seis horas tras el sexo. No suele pasar, pero si al intentar sacarla se rompiera por cualquier causa, deberás ir inmediatamente al médico.
Tampoco protegen frente a las ETS, y no se pueden usar durante el período. No se recomiendan a mujeres con algún trauma en el área o que han dado a luz o sufrido un aborto recientemente.
Planificación familiar natural
Consiste en la monitorización del ciclo menstrual mediante diferentes parámetros: el tipo de secreción vaginal, la temperatura basal, y otros, para determinar qué días del mes puedes tener relaciones sin peligro de embarazo.
Pros y contras:
Se puede usar tanto para evitar el embarazo como para planificarlo. La efectividad del método es del 99% si se sigue con toda precisión, pero lo cierto es que requiere tantas mediciones y apreciaciones que seguirlo perfectamente resulta punto menos que imposible. La realidad es que su efectividad es de alrededor del 75%.
Tampoco protege contra las ETS, y requiere un método complementario si quieres tener relaciones en los días fértiles.Hay que llevar un diario con todo cuidado y algunos factores como ciertos trastornos o el estrés pueden ser difíciles de interpretar. Si has estado tomando anticonceptivos hormonales o si tienes ciclos irregulares puede llevar tiempo reconocer los factores de fertilidad. El método también exige un compromiso formal de la pareja.
Ligadura de trompas
Es la esterilización femenina y se lleva a cabo mediante la oclusión quirúrgica de las trompas de Falopio, los conductos que guían al óvulo maduro desde el ovario hasta el útero. Se piensa que es efectiva en más del 99% de los casos y tampoco afecta a los niveles hormonales: seguirás teniendo reglas aun cuando te hayas ligado las trompas.
Pros y contras:
Sólo si tienes la certeza de que la esterilización es lo ideal, o sea que no quieres volver a preocuparte más por un posible embarazo: que no quieres tener más hijos. No influye en la vida sexual y muy raramente tiene efectos de ningún tipo en la salud.
Con todo, como cualquier intervención quirúrgica, puede tener complicaciones, como hemorragias internas, infecciones o daños en otros órganos. La probabilidad de embarazo tras la intervención es de 1 entre 200 casos, pero puede suceder y si se produce, existe un riesgo mayor de embarazo ectópico.
Los cirujanos son más proclives a emplear este método en mujeres de más de 35 años o que ya han tenido a sus hijos, pero se puede considerar en cualquier momento de la vida, siempre teniendo en cuenta lo irreversible del procedimiento.