Salud y medicina

Hablemos de la menopausia

La menopausia es un periodo de transición que experimenta la mujer entre el fin de su etapa reproductiva y el comienzo de la no reproductiva, y que viene determinada por un descenso de los niveles de estrógenos en los ovarios. Hoy hablamos de la menopausia con la doctora Rosa Porqueras, especialista en ginecología del Centro Médico MGC, y de cómo afectan a la mujer los cambios en esta etapa de su vida.

¿Qué es la menopausia? La menopausia como tal es el cese de las menstruaciones. Las mujeres nacen con una dotación folicular determinada genéticamente, que son los óvulos inmaduros, con capacidad de ir madurando cada mes. Con el paso del tiempo, llega un momento en que estos óvulos se agotan y el ovario deja de funcionar. Ésto va acompañado de una serie de síntomas que aparecen antes de la última menstruación. Este periodo suele durar unos cinco años y produce muchos cambios en el aspecto físico y emocional.

¿A qué edad suele presentarse? La menopausia suele presentarse, generalmente, entre los 47 y los 55 años. En promedio, las mujeres españolas llegan al climaterio hacia los 50 años de edad. Aproximadamente un 1% de las mujeres tienen una menopausia precoz, calificada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando la función ovárica desaparece a edades inferiores a los 40-45 años.

¿Cuáles son los síntomas y cuánto tiempo suelen durar? Durante la menopausia se producen diversos cambios hormonales en la mujer. Los estrógenos son unas hormonas que actúan en las células y el descenso de sus niveles produce muchos cambios emocionales y físicos que pueden influir en su salud.

Los síntomas de la menopausia o del climaterio (me gusta más hablar del periodo climatérico), son varios: irregularidad en las menstruaciones, los sofocos –lo que llamamos el síndrome ovarioprivo–, dolores de cabeza, aumento de las infecciones urinarias, aumento de peso, palpitaciones, falta de concentración, descenso de la libido y sequedad vaginal… y también pueden aparecer o empeorar las incontinencias de orina.

A medio plazo, el síntoma más importante que se manifiesta en este periodo es la atrofia vulvovaginal. Y a largo plazo, con el paso de los años y teniendo en cuenta la menor presencia de estrógenos, tenemos que vigilar mucho el riesgo de osteoporosis –porque el organismo pierde capacidad para absorber calcio– y el riesgo cardiovascular, ya que el papel de estas hormonas también actúa de forma determinante en el sistema circulatorio. Para una mayor seguridad y tranquilidad, es necesario realizar revisiones médicas periódicas durante el periodo de la menopausia. Las mujeres que padecen ya hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia pueden requerir de forma individualizada un tratamiento farmacológico específico.

Los constantes cambios hormonales de la menopausia conllevan también una serie de cambios desde la esfera psicológica, como irritabilidad, insomnio, pasar de estados de euforia a estados de tristeza sin ningún motivo… Suele ser un estado temporal, aunque en ocasiones puede prolongarse en el tiempo y, si no se tratan, puede derivar en una depresión.

¿Cómo se pueden reducir los síntomas? El consejo profesional en esta época y la adaptación de hábitos saludables que mejoren nuestra calidad de vida son determinantes para minimizar los síntomas.

Además, al inicio de la menopausia, que es cuando afecta más a la calidad de vida, existen tratamientos específicos dirigidos a disminuir la sintomatología que presentan las mujeres. La terapia hormonal es realmente efectiva. Aunque algunas veces se ha puesto en duda, en todos los estudios que se han desarrollado se ha comprobado que funciona, sobre todo en las mujeres que presentan una menopausia precoz y en aquellas mujeres que realmente tienen una sintomatología que afecta mucho a su calidad de vida.

Es importante insistir en que las mujeres debemos cuidar el trofismo vaginal. De la misma manera que nos ponemos crema en el rostro cada día, también debemos tener en cuenta que hemos de cuidar esta parte tan importante de nuestro cuerpo. Para este problema también existen tratamientos locales con estrógenos muy eficaces (sólo están contraindicados en mujeres que tienen cáncer de mama) que van francamente bien para mejorar la calidad de vida, para aumentar la posibilidad de tener relaciones satisfactorias indoloras y para mejorar la sintomatología urinaria.