Alimentación y Nutrición

7 falsas creencias sobre adelgazar que debes olvidar

Mujer con báscula

¿Por qué te cuesta tanto adelgazar? A pesar de que evitas la comida basura, limitas el azúcar, cuando picas algo es zanahoria o apio crudos, andas más al cabo del día… No consigues adelgazar lo que te gustaría.

El caso es que a lo mejor no lo estás haciendo del todo bien. Hay muchas creencias falsas, y están muy extendidas. Lo mismo alguna de ellas está dificultando tu régimen de adelgazar. Lee aquí sobre algunos mitos muy comunes.

1. Saltarte comidas siempre ayuda

Puedes hasta pensar que tienes una fuerza de voluntad excepcional, si te saltas comidas o evitas picar cualquier cosa entre la comida y la cena. Y no es así. En realidad lo que estás logrando es tener más hambre, y cuando te sientes a la mesa vas a estar demasiado hambriento.

Y no te va a servir de ayuda. Primero, porque con esa hambre que tienes todo va a parecerte ambrosía, tanto por la pinta que tiene por lo rico que te está sabiendo. Y segundo, porque vas a necesitar comer más para que desaparezca esa sensación de hambre. O sea, que vas a comer de más y… no siempre cosas sanas.

Es mejor picar algo en cantidades moderadas. Algo que sea nutritivo, que mantenga estable el nivel de glucosa en la sangre y que fortalezca el metabolismo. Incluso puedes llevarlo contigo, si vas a llegar tarde a casa. Por ejemplo, un sobrecito de nueces peladas o de otros frutos secos (sin sal), de cosa de 200 calorías. Si estás en casa, una manzana te va a dar sensación de plenitud sin apenas aportar calorías.

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2. Deberíamos evitar el gluten

Está de moda, suprimir el gluten, que ha pasado a estar demonizado. Y lo cierto es que a no ser que seas celíaco, o que sufras intolerancia al gluten, no tiene ningún sentido eliminarlo de la dieta.

¿Qué funciona para adelgazar, te dicen? La explicación es simple: con toda probabilidad, al suprimirlo se han suprimido también pasteles, galletas y pan, o sea que se habrán consumido menos calorías. Pero el causante no será haber suprimido el gluten.

No se deben suprimir nutrientes –grupos de nutrientes, mejor dicho– de la dieta. Con frecuencia se pueden producir carencias vitamínicas, o de minerales, o de oligoelementos. Es mucho más razonable controlar las cantidades que se ingieren.

3. La comida sana no engorda

Aquí resulta frecuente mezclar conceptos. El que un alimento se considere “sano”, “saludable” o “natural” o como se quiera decir, no significa que no engorde. Todos los alimentos engordan y cosas como las nueces, el aguacate, el aceite de oliva, el chocolate (negro) son sanísimas para la salud, pero si pretendes adelgazar deberás controlar la cantidad que comes.

Volviendo al aceite de oliva, es saludable, pero si te pones demasiado en tu plato de pasta o en las tostadas, al desayuno, engordarás. Y lo mismo sucede con todos los que citábamos aquí arriba. La clave es comerlos en las cantidades razonables, que serán variables para cada producto.

4. Los hidratos engordan

Hablábamos en el punto 2 de suprimir grupos de nutrientes, con lo que esto enlaza con lo dicho arriba. Suprimir drásticamente los hidratos provocará que adelgaces, en un primer momento. Pero, no es sano, insistimos, y no es fácilmente sostenible, porque te sentirás pronto cansado, apático e irritable.

Además, aparece el efecto yoyó: en el momento en que vuelvas a comer hidratos recuperarás el peso perdido. En lugar de suprimirlos, como los hidratos adecuados. Arroz, pasta y pan integrales, legumbres y patatas. Son, además, buenas fuentes de fibra (suprimir los hidratos provoca generalmente estreñimiento) y aportan vitaminas y minerales.

pan blanco

5. Suprimir las grasas adelgaza

Tu cuerpo necesita grasa. Las grasas son buenas fuentes de energía y el cuerpo, a medida que lo necesita, va quemando las grasas para producirla. La clave es que las grasas sean sanas: los frutos secos, el aguacate… contienen grasas sanas. Y no olvides el aceite de oliva. Todas estas grasas tienen efectos saciantes y aportan muchos beneficios: bajan el riesgo de enfermedades cardíacas y contribuyen a la absorción de minerales y nutrientes.

6. El ejercicio es fundamental para adelgazar

No hay sino bondades que decir sobre el ejercicio. Bueno, no sino muy bueno, en realidad, y esencial para mantener una buena salud general. Pero no bastará para adelgazar, y cualquier nutricionista o entrenador te dirá que deberá ir acompañado de una dieta adecuada. Además, hacer ejercicio da hambre, y hay que tener esto en cuenta.

Hacer ejercicio no es un pasaporte para comer lo que quieras, por desgracia. Las calorías que quemes serán una pequeña parte del total de calorías ingeridas. Repetimos que el ejercicio es bueno, sin ningún matiz; pero por sí solo no bastará para que adelgaces. Una buena dieta que lo acompañe es lo ideal.

7. La báscula es quien te manda

Olvídate un poco del numerito ese del peso de tu cuarto de baño. Que no te atrape, pues puede desanimarte e impacientarte para ver resultados a tus sacrificios diarios con la dichosa comida. Puede acabar frustrándote y, en realidad, deberías fijarte en otras cosas, como ese pantalón que antes no, pero que ahora sí te puedes cerrar. Y en cómo te sientes, la energía de más que tienes y en tu buen humor.

Adelgazar es un proceso lento y puede tardar en lograrse. Para hacerlo de la manera más sana posible será necesario implantar cambios en la dieta y en el estilo de vida, y eso no siempre será fácil. Hay que tener paciencia y perseverar, y tendrás tu recompensa: será muy beneficioso para tu cuerpo y tendrás resultados duraderos.