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Comer de temporada es fácil, saludable y beneficioso para tu cuerpo
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Los colores de noviembre en tu plato
Cada estación trae sus colores… y tu plato puede seguir su ritmo. Comer de temporada no es solo una manera de cuidar la salud, sino también un gesto de sostenibilidad y una oportunidad para disfrutar de los alimentos en su mejor momento, cuando son más sabrosos y nutritivos.
¿Por qué comer de temporada?
Elegir frutas y verduras de temporada nos conecta con el ciclo natural de los alimentos. Noviembre, por ejemplo, es un mes que invita a platos más consistentes y llenos de calidez. Las hortalizas y verduras que encontramos ahora en el mercado han crecido con el clima otoñal, y eso se traduce en más sabor, más nutrientes y menos necesidad de transporte o conservación artificial. Además, apoyamos a los productores locales y contribuimos a reducir el impacto ambiental.

La fórmula del plato equilibrado
Imaginar el plato como un círculo ayuda a hacerlo más variado y completo: la mitad llena de verduras de temporada, un cuarto con una fuente de proteína adecuada —pescado, legumbres, huevos o carne magra— y el último cuarto con cereales integrales o patata. Este sencillo esquema garantiza energía estable, saciedad y una buena combinación de nutrientes.
Los cuatro colores de noviembre
Un buen truco es pensar en colores. Noviembre nos regala una paleta muy clara y rica en antioxidantes:
- El verde de las espinacas, el brócoli o las acelgas.
- El naranja de la calabaza, el boniato o la zanahoria.
- El morado de la lombarda y la remolacha.
- El blanco de la coliflor, el puerro o la cebolla.

Cada color aporta compuestos diferentes y complementarios que nos ayudan a proteger el organismo y a dar más variedad a la mesa.
Consejos prácticos para el día a día
Comer de temporada no significa complicarse. Al contrario: se puede simplificar mucho si organizamos un poco la cocina. Dedicar un rato el domingo a cocer legumbres y asar verduras es una estrategia que permite tener una base siempre lista. Durante la semana solo habrá que combinarlas con la proteína elegida.

También es recomendable optar por cocciones suaves —horno, plancha o vapor— y reducir las salsas ultraprocesadas. Un buen aceite de oliva, unas especias o unas hierbas frescas aportan mucho más sabor y nos ayudan a mantener una alimentación equilibrada.
En resumen, comer de temporada es poner color, salud y conciencia en el plato. Un hábito sencillo que aporta más sabor real, mejor digestión y menos desperdicio alimentario.