Salud y medicina
Tipos de prótesis de rodilla: ¿cuál es la mejor para ti?
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La cirugía de rodilla se lleva a cabo en aquellos casos en los que es la única vía disponible para recuperar la funcionalidad de la articulación y mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, existen diferentes tipos de prótesis de rodilla, que varían en los materiales y en las técnicas que se emplean para la colocación. En este artículo, veremos cuáles son y qué se tiene en cuenta para escoger una en concreto.
¿Qué es una prótesis de rodilla y cuándo se necesita?
Una prótesis de rodilla es un dispositivo médico que sustituye las superficies de la articulación que se han dañado, ya sea por desgaste del cartílago o lesiones graves. Solo se recomienda la intervención cuando los tratamientos conservadores, como fisioterapia, medicamentos o infiltraciones, ya no alivian los síntomas.
La causa más habitual es la artrosis; una enfermedad degenerativa que provoca la pérdida del cartílago y genera dolor, inflamación y rigidez. En estos casos, el especialista, ya sea un traumatólogo o un reumatólogo, evalúa la extensión del daño y determina si el paciente puede beneficiarse del implante de rodilla.

Tipos de prótesis de rodilla
Las clases de prótesis de rodilla dependen del grado de deterioro y de las zonas afectadas. Las principales categorías son las siguientes:
Prótesis total de rodilla
La prótesis total de rodilla sustituye por completo la articulación. Es decir, los extremos del fémur, la tibia y, en algunas ocasiones, la rótula. Es la opción más frecuente en pacientes con daño avanzado o generalizado. Mejora la movilidad de forma significativa y reduce el dolor, incluso en el largo plazo. Este tipo de intervención también se conoce como prótesis completa de rodilla o PTR rodilla. Su vida útil puede superar los 15 años gracias a los avances en diseño y materiales.
Prótesis parcial o unicompartimental
También llamada media prótesis de rodilla, se utiliza cuando solo una parte de la articulación está dañada, generalmente la zona interna o externa. La cirugía es menos invasiva, permite conservar más hueso y la recuperación es más rápida. Sin embargo, solo se recomienda a pacientes con una buena estabilidad y sin signos de afectación global de la rodilla.
Prótesis de revisión
Se emplea cuando una prótesis previa presenta problemas, como aflojamiento, desgaste o infección. La colocación es bastante compleja, porque se necesita retirar la prótesis anterior y colocar un nuevo implante con un sistema de anclaje más sólido. Es habitual en pacientes que se sometieron a una cirugía hace muchos años o que han sufrido complicaciones mecánicas.
Materiales más comunes
El material de la prótesis de rodilla influye directamente en su durabilidad y en cómo se adapta al cuerpo. Los más utilizados son las aleaciones metálicas, como la rodilla de titanio, pero también plásticos de alta densidad que actúan como un amortiguador entre las piezas. Esta es la prótesis de rodilla de polietileno. Hoy en día, también se utiliza la cerámica y recubrimientos que reducen el desgaste y alargan la vida del implante.
¿Qué tipos de PTR (prótesis totales de rodilla) existen?
Dentro de las prótesis totales existen variantes según el tipo de estabilidad que proporcionan. La elección depende del estado de los ligamentos y del nivel de movilidad que se quiera recuperar. Las más comunes son:
- Retenida de cruzado posterior. Conserva el ligamento cruzado posterior del paciente, y permite una sensación de movimiento más natural con el reemplazo de rodilla.
- Sustituida de cruzado posterior. El ligamento se reemplaza por un sistema mecánico dentro del implante.
- Con bisagra. Se utiliza cuando los ligamentos están muy dañados o hay inestabilidad severa; el mecanismo actúa como una bisagra que controla todo el movimiento.
Tipos de fijaciones protésicas
El método de fijación determina cómo se ancla la prótesis al hueso. Existen tres sistemas principales, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Para elegir, el cirujano evaluará la más idónea según el tipo de hueso y la edad del paciente.
- Cementadas. Se utiliza un cemento quirúrgico especial para que se adhieran al hueso. Son las más frecuentes, sobre todo en pacientes mayores.
- No cementadas. El implante tiene una superficie porosa que permite que el hueso crezca sobre él y se fije de forma natural. Se utilizan en personas con buena calidad ósea.
- Híbridas. Combinan las dos técnicas anteriores; se aplica cemento en una parte y fijación biológica en otra.
Cómo se elige la mejor prótesis para cada paciente
La elección entre los tipos de prótesis de rodilla depende de factores como la edad, el nivel de actividad, la salud general, el grado de daño articular y la calidad ósea. También influye la expectativa de movimiento posterior y el tipo de cirugía más conveniente.
En algunos casos, cuando existe una prótesis de pierna por encima de la rodilla, las necesidades de movilidad y peso cambian, y el diseño debe adaptarse específicamente a la anatomía y estabilidad del paciente. Gracias a los avances actuales, las prótesis se pueden personalizar con escaneos en 3D y planificación digital. De este modo, se mejora la precisión quirúrgica y los resultados a largo plazo.

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