Salud y medicina, Vida Sana

Cómo prevenir enfermedades cardiovasculares desde jóvenes

Las enfermedades cardiovasculares son la mayor causa de muerte en todo el mundo. Un sistema vascular sano puede prevenir la aparición de la enfermedad cardíaca, las demencias vasculares e incluso el cáncer, de modo que hacer lo posible para protegerlo es vital para la salud.

Qué es el sistema vascular

También llamado, indistintamente, ‘sistema cardiovascular’ o ‘sistema respiratorio’ hace referencia al corazón y a los vasos sanguíneos. O sea, ese circuito cerrado de alrededor de 160.000 kilómetros de arterias, venas y capilares de que el corazón se sirve para bombear la sangre a todo el cuerpo.

Básicamente, la sangre viaja a los pulmones donde se carga de oxígeno y descarga dióxido de carbono. De ahí, se envía al corazón que la bombea a todo el cuerpo. Las células extraen el oxígeno, que es el nutriente fundamental, expulsan el dióxido de carbono y vuelve a los pulmones, empezando un nuevo ciclo. La sangre también suministra al cuerpo los nutrientes que recoge de los alimentos en el aparato digestivo

Por qué hay que cuidar la salud cardiovascular

La enfermedad cardiovascular, como dijimos, -principalmente la enfermedad de las arterias coronarias y los accidentes cerebrovasculares (ictus)- son las principales causas de muerte en todo el mundo. En el mundo desarrollado, es responsable aproximadamente de una de cada tres muertes.

El proceso logrado a lo largo del tiempo es evidente: muere mucha menos gente, si comparamos los datos de hace apenas veinte años. Pero también significa que hay más personas que nunca viviendo con los efectos de un corazón o un cerebro dañado.

Un ataque al corazón puede resultar en un deterioro de la función de dicho músculo, lo que resulta en una enfermedad llamada insuficiencia cardíaca, que limita el esfuerzo que el paciente puede llevar a cabo.

Por su parte, el ictus (o enfermedad cerebrovascular) puede causar discapacidad, y la enfermedad vascular periférica puede afectar a las extremidades, lo que en ocasiones puede exigir hasta amputaciones. Es vital cuidar la salud vascular y hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorarla.

Qué se puede hacer por la salud vascular

Hay dos tipos de factores de riesgo: modificables y no modificables. Por desgracia, nadie puede controlar la edad ni los antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, de existir. Pero los factores de riesgo modificables son de vital importancia.

Si tuviéramos que limitar a dos los consejos más relevantes para la buena salud vascular serían sin duda hacer ejercicio con regularidad y no fumar. Nada de ello es nuevo, pero la cruda realidad es que siempre se repiten.

Hacer ejercicio con regularidad no significa correr una maratón, ni nada parecido. La OMS recomienda 300 minutos semanales de actividad física, moderada, aeróbica, o bien 150 minutos de actividad vigorosa. Pero el simple hecho de moverse rutinariamente más, como bajarse del autobús un par de paradas antes y andar el resto del camino, así como coger subir por las escaleras en lugar de coger el ascensor tiene grandes ventajas.

Fumar… bueno, es probablemente la peor cosa que se puede hacer por la salud, pero la buena noticia es que desde el momento en que se apaga el último cigarrillo. El perfil de riesgo comienza a mejorar día a día y, si se acompaña de otros cambios en el estilo de vida, puede disminuir casi hasta los mismos niveles de riesgo de alguien que nunca fumó.

El estrés es también un factor de riesgo importante, probablemente más significativo de lo que se pensaba hasta hace unos pocos años. Otros factores de riesgo modificables son el sueño, la presión arterial, el azúcar en la sangre, el colesterol en la sangre y el peso. Así que se deben controlar. El médico de familia será de gran ayuda para hacerlo.

¿Puede ayudar la dieta?

Por supuesto que puede ayudar. Lo que comemos está intrínsecamente relacionado con la salud. Los mensajes clave son simples:

  • Comer mucha fruta y verdura. La recomendación es de cinco piezas de fruta o porciones de verdura diarias
  • Evitar los hidratos de carbono refinados (pan blanco, pasta de harina refinada, azúcares)
  • Evitar el exceso de sal
  • Evitar los alimentos procesados.

Las grasas son párrafo aparte. Tanto la American Heart Association como la Fundación Española del Corazón recomiendan que las grasas saturadas (grasa de la carne, mantequilla…) no supongan más de un cinco por ciento de la ingesta diaria de energía, y esta cantidad se está revisando a la baja.

No se deben confundir estas grasas con las grasas “buenas”, como las que contienen los frutos secos, el pesado graso (salmón, trucha, sardinas, caballas) el aguacate y, por supuesto, el aceite de oliva virgen extra.

¿La enfermedad vascular es hereditaria?

Desafortunadamente, sí, lo es, tiende a darse en familias enteras. Pero, cuidado, esto no significa que no se pueda cambiar el perfil de riesgo por el hecho de tener antecedentes familiares de enfermedad cardíaca o de ictus.

En este caso, la importancia de controlar los factores de riesgo modificable es aún mayor. Es perfectamente posible mantener una excelente salud vascular hasta la vejez. Se pueden tener trastornos específicos como el colesterol elevado, pero lo cierto es que se identifican con facilidad y se pueden controlar, en último extremo, con medicación.

Como es un chequeo vascular, ¿necesito hacérmelo?

Hay cosas simples, como la presión arterial (la “tensión”) que se debe comprobar varias veces al año y el peso, que debe mantenerse a raya, especialmente a medida que envejecemos. La mayoría de la gente no necesita un control más detallado, a menos que tengan el colesterol elevado o síntomas de enfermedad cardiovascular, que pueden ser:

  • Dolor en el pecho durante un esfuerzo
  • Falta anormal de aliento después de un mínimo ejercicio
  • Palpitaciones
  • Incluso algo llamado ataque isquémico transitorio o “mini accidente cerebrovascular”, en que un paciente experimenta una debilidad unilateral o una alteración temporal.

Si alguno de estos se presentara, el paciente necesitaría un control detallado.

Por su parte, el colesterol elevado, o hipercolesterolemia, puede ser hereditario y no ser modificable, pero sí controlable. El médico de familia, tras un simple análisis de sangre, más la toma de la tensión, recomendará las pautas de actuación para mantener controlada la salud cardiovascular.

Bibliografía:

Ministerio de Sanidad: Prevención cardiovascular
Fundación Española del Corazón: prevención