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Cambio climático y salud
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Qué nos dice la ciencia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) facilita los siguientes datos en su informe de octubre de 2021:
El cambio climático es causa de forma directa de emergencias causadas por olas de calor, incendios forestales, inundaciones, huracanes y tormentas tropicales. Además, la frecuencia e intensidad de estos desastres aumenta año a año.

Siempre de acuerdo con los datos de la OMS, las investigaciones muestran que 3600 millones de personas ya viven en áreas muy vulnerables al clima. Se prevé que entre 2030 y 2050 el cambio climático cause 250.000 muertes adicionales cada año como consecuencia sólo de la desnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés térmico.
Las zonas con peores infraestructuras sanitarias, esto es, los países en vías de desarrollo, son los más vulnerables y, de no recibir ayuda, serán los más castigados.
El coste de los daños directos sobre la salud (o sea, sin contar los indirectos, como el agua, la agricultura o el saneamiento) se estima entre 2.000 y 4.000 millones de dólares al año, de hoy hasta 2030.
Cómo nos afecta el cambio climático
Las olas de calor, cada vez más frecuentes, van unidas a un aumento global de la temperatura y alteraciones en las lluvias. Estos dos factores juntos, favorecen la aparición de plagas portadoras de enfermedades como el dengue, la malaria o la enfermedad de Lyme en regiones que estaban libre de ellas pero que ahora ven surgir brotes.
Aunque la cifra podría parecer pequeña, el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y otros) ha provocado un calentamiento global de +1,1ºC y se prevé otro tanto en los próximos años.
Estas olas de calor son cada vez más intensas, y vivir en condiciones extremas favorece la aparición de golpes de calor, deshidrataciones y globalmente mortalidad, fundamentalmente en personas vulnerables, como los niños o los ancianos. Sólo en agosto de 2025, España ha registrado 2.177 víctimas, lo que supone un aumento de más de 70%. Es la cifra más alta desde que hay registros.
Los incendios forestales conllevan un aumento de la contaminación, o sea una menor calidad del aire que respiramos. Esa baja calidad provoca que aumente la incidencia del asma, de alergias y de enfermedades cardiovasculares.
Las sequías, a veces alternando con devastadoras inundaciones, alteran los ciclos de los productos agrícolas, lo que a su vez afecta a la producción de alimentos, generando escasez. Esta escasez afecta fundamentalmente a las comunidades más vulnerables. El calor, además, afecta a la conservación de los alimentos, en detrimento de su calidad.
El cambio también afecta a la mente, no sólo al cuerpo. Quienes padecen desastres naturales como inundaciones, incendios o huracanes ven aumentado el riesgo de padecer trastornos psíquicos, como ansiedad, depresión o estrés. La sensación de incertidumbre ante un clima futuro claramente adverso crea ansiedad. Ciertos psicólogos lo han llamado ecoansiedad.
Un reciente estudio del Hospital Clinic de Barcelona asocia el calentamiento global con mayores tasas de suicidios y comportamientos suicidas.
Bibliografía:
Ministerio de Sanidad
Organización Panamericana de la Salud