Salud y medicina

Tipos de artrosis existentes y consejos para solucionarlo

La artrosis es una enfermedad bastante común a medida que pasan los años. Sin embargo, se manifiesta de una forma diferente en cada persona. Puede empezar con una molestia leve al levantarse o con un dolor más macado al bajar unas escaleras. Aun así, es importante conocer sus tipos, sus causas y las opciones de tratamiento para poder entender mejor qué está ocurriendo en las articulaciones y qué pasos debemos dar para protegerlas.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una enfermedad degenerativa del cartílago articular, que es el tejido que recubre los huesos. Con el paso del tiempo y el desgaste, esa capa que amortigua los movimientos se va volviendo más fina, pierde elasticidad y deja a los huesos más expuestos. Por tanto, aparece dolor al realizar ciertos movimientos. 

No aparece de un día para otro, sino que se va desarrollando de manera gradual. Y si bien suele ser más frecuente con la edad, también puede aparecer mucho antes. Por ejemplo, en personas deportistas o con antecedentes familiares.  

En el caso de los tipos de artrosis degenerativa, el daño puede avanzar más rápido cuando ya existe una lesión previa o cuando la articulación ha soportado cargas intensas durante años. También influye la genética.

Tipos de artrosis según la zona afectada

Los tipos de artrosis se clasifican habitualmente por la articulación afectada, ya los síntomas y los tratamientos varían de una a otra. Cada localización puede combinar distintos niveles de dolor, rigidez o limitación funcional.

– Rodilla. Es uno de los tipos más habituales. Suele presentar dolor al caminar o al bajar escaleras. Con el paso de los años, puede producir desviaciones en las piernas, y en casos avanzados, requerir una prótesis de rodilla.

– Cadera. Causa dolor en la ingle o en el muslo. A veces se confunde con el choque femoroacetabular, por lo que es importante hacer un diagnóstico diferencial. En fases avanzadas, puede requerirse una prótesis de cadera para recuperar movilidad.

– Manos. Afecta sobre todo a las mujeres a partir de la menopausia. Aparecen pequeños nódulos y dificultad para realizar tareas de motricidad fina.

– Columna cervical o lumbar. Provoca rigidez, dolor que irradia y sensación de “cansancio articular” al final del día.

– Tobillos y pies. Es muy frecuente en deportistas, como corredoras y bailarinas, o tras esguinces repetidos. Puede alterar la forma de pisar y limitar el uso de ciertos calzados.

Factores de riesgo y diagnóstico

El principal factor de riesgo es la edad, pero no es el único. El sobrepeso, las lesiones deportivas, ciertos trabajos manuales, la debilidad muscular y la herencia familiar también aumentan las probabilidades de padecer  los diferentes tipos de artrosis. 

El diagnóstico se centra en la exploración física y la descripción del dolor. Después, una radiografía suele ser suficiente para confirmar el desgaste, aunque cuando hay dudas, se recurre a una ecografía o una resonancia. Si por alguna razón, los síntomas no terminan de coincidir o se sospecha de la presencia de enfermedades inflamatorias, podrían realizarse pruebas del reumatólogo para descartar otras patologías articulares.

Síntomas de la artrosis

Los síntomas más habituales de la artrosis son los siguientes:

  • Dolor que aparece con el movimiento.
  • Rigidez matutina que dura minutos.
  • Crujidos o sensación de roce al mover la articulación.
  • Inflamación leve ocasional.
  • Pérdida progresiva de la movilidad.

En fases más avanzadas, puede notarse deformidad o dificultad para realizar acciones diarias como subir escaleras, abrir botes o caminar distancias largas.

Tratamientos efectivos para la artrosis

No existe una cura definitiva para la artrosis, pero sí que hay tratamientos que son eficaces.

– Medidas de estilo de vida. Bajar de peso, evitar actividades repetitivas y usar calzado adecuado.

– Ejercicio terapéutico. El fortalecimiento se la musculatura reduce la carga sobre la articulación. Mantenerse activo, especialmente practicando deporte en la tercera edad, mejora la movilidad y reduce el dolor.

– Fisioterapia. Técnicas manuales, ejercicios guiados, calor local y tratamientos complementarios pueden aliviar síntomas.

– Medicamentos. Antiinflamatorios, analgésicos o infiltraciones en casos concretos.

– Cirugía. Cuando el daño es grave o el dolor limita demasiado la vida diaria, se valora una prótesis articular, ya sea de rodilla o de cadera, para restaurar la función.

Consejos para prevenir la artrosis

La prevención es especialmente útil para quienes ya tienen molestias o antecedentes familiares. Si bien la prevención no garantiza que no aparezca, sí reduce el riesgo y retrasa su progresión.

  • Mantener un peso adecuado.
  • Evitar golpes, giros bruscos y cargas excesivas.
  • Alternar actividades para no sobrecargar la misma articulación.
  • Hacer ejercicios de fuerza adaptados.
  • Cuidar la postura y mejorar la ergonomía laboral.

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Preguntas frecuentes sobre la artrosis

¿Todos los tipos de artrosis avanzan igual?
No. Algunas formas progresan muy lentamente y otras empeoran más rápido si hay lesiones previas.

¿El ejercicio empeora el desgaste?
No: el ejercicio adecuado es una de las mejores herramientas para controlar la enfermedad.

¿Es normal tener dolor algunos días y otros no?
Sí, la artrosis suele presentar brotes y periodos más tranquilos.

¿Cuándo es momento de valorar cirugía?
Cuando el dolor limita de forma clara la vida diaria y los tratamientos conservadores ya no funcionan.